El Líbero, 29 de septiembre 2023
La ministra del Interior debe ser capaz de sortear las presiones políticas internas. De ceder ante ellas, entregaría más poder al PC y dañaría el poco capital político que le queda al gobierno.
Una vez más la ideología de un sector complica el debate político sobre materias de seguridad. En un país donde se registra la muerte de un empresario como consecuencia de sus acciones para desalojar su terreno tomado, donde la usurpación es el comienzo del ciclo del mercado ilícito de madera, donde la toma de Alto Hospicio alberga personas ligadas al crimen organizado y donde se lotean, venden o arriendan terrenos tomados para lucrar con ellos, la discusión que plantea el PC no es aceptable.
Usurpación no violenta y precisar ánimo de apropiación, las ideas fuerza que el Partido Comunista busca posicionar en la discusión del proyecto de usurpaciones. Primero, la usurpación por definición es con violencia o intimidación y segundo, quien entra a un terreno privado para realizar una acción como “pasar la noche” está violando territorio ajeno.
Desde los orígenes del Comunismo en el siglo XIX que el derecho de propiedad privada es contradictorio a sus principios. Por más que haya avanzado la historia y el contexto actual no sea el mismo que el del 1800, el conflicto con la propiedad se mantiene. Es más, queda muy claro en la minuta del PC filtrada a la prensa donde afirma que el proyecto de ley busca castigar a quien “haga ocupación sin ánimo de ser señor o dueño” y en la petición al Ejecutivo sobre quitar la pena de cárcel a quien usurpe un terreno sin violencia.
El Estado por definición debe velar por el bien de sus ciudadanos y las afirmaciones de los comunistas van en contra de eso. No es posible ubicar en una categoría distinta una toma realizada de manera pacífica ni avalarla para que alguien realice una acción transitoria. La violación a la propiedad privada es la misma: alguien es despojado de su bien, de manera permanente o momentánea, pero despojado al fin.
Además, no es posible separar al proyecto de ley de los mercados ilícitos que se desarrollan en Chile ni del accionar del crimen. Hoy, en gran parte de los casos la violencia está asociada a la ocupación ilegal de un territorio o inmueble, sin ir más lejos, la Coordinadora Arauco Malleco ha llamado a defender con las armas, de ser necesario, los terrenos que se han tomado.
El gobierno tiene dos almas, se ha dicho innumerables veces, pero hoy más que nunca hay que poner atención a ello, sobre todo, cuando una de ellas presiona con fuerza afectando un derecho fundamental de los chilenos: su propiedad.
El deterioro del escenario de seguridad llevó al oficialismo a cambiar su agenda, promover leyes que en el pasado había rechazado, apoyar a las policías y llamar a las Fuerzas Armadas. Rápidamente la realidad les mostró que “otra cosa es con guitarra”, pero, el partido más conservador de la coalición no se siente cómodo con la adecuación programática.
Hoy la ministra del Interior debe ser capaz de sortear las presiones políticas internas. De ceder ante ellas, entregaría más poder al PC y dañaría el poco capital político que le queda al gobierno.
Pilar Lizana
Investigadora AthenaLab
Fuente: El Líbero
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