El Líbero, 19 de junio 2024
El Estrecho de Magallanes es chileno. Así queda establecido en el Tratado de Límites de 1881, y en el Tratado de Paz y Amistad de 1984. No son aguas argentinas o aguas con control dual como buscan los argentinos hasta el día de hoy.
En los últimos días unos pocos paneles solares argentinos mal instalados en propiedad ajena agitaron las aguas en la relación chileno-argentina, generando un llamado de atención del mismo Presidente de la Republica a las autoridades transandinas, las que de inmediato dispusieron su retiro, algo que ocurrió en la mañana del martes 18 de junio, y no en el verano como se dijo inicialmente se haría.
La crisis comenzó cuando un medio local informó del tema a mediados de la semana pasada, generándose una poco afortunada declaración de parte del canciller Van Klaveren, como también por parte del embajador Jorge Faurie, las que contribuyeron a enredar más aún las cosas y que el tema llegara a ser noticia principal hasta que el Presidente Boric le dio un corte el lunes 17 por la mañana.
Ya tendremos tiempo para revisar si es que hubo una falla local en este desaguisado y si nuestra reacción fue oportuna, y de no serlo, dónde fue que se enredó o quién no hizo la pega, algo que se sospecha podría haber ocurrido en alguna repartición pública ubicada el sector del barrio cívico de Santiago.
A priori todo indica que alguien o algunos no la hicieron, ya que el 29 de abril se realizó una ceremonia militar con bombos y platillos, que fue publicada en medios argentinos, en que se inauguran las mejoras realizadas a las dependencias ubicadas en el límite con Chile en el sector del Cabo Espíritu Santo (Tierra del Fuego) en lo que se conoce como el Puesto de Vigilancia y Control de Tránsito Marítimo (PVYCTM) Hito 1 de la Armada Argentina, el que producto de ahora usar tecnología del tipo paneles solares se mete varios metros dentro del territorio nacional, algo que queda muy claro en las fotos del evento.
Es probable que algunos medios y personas sólo lo vean como un incidente anecdótico en la compleja relación de más de 200 años que tenemos los dos países, o una discusión entre dos líderes con posiciones ideológicas antagónicas, no queriendo entender cuál es el problema de fondo y por qué esta ocurrencia no es un simple incidente o algo sin importancia estratégica, lo que procedo a explicar a continuación:
1) El Cabo de Espíritu Santo (Hito 1) es el punto de la frontera chileno-argentina ubicado en Tierra del Fuego, que junto con el Hito Ex-Baliza Dungeness (cercanías del Faro Punta Dungenes) en la ribera opuesta, establecen la línea donde comienza el Estrecho de Magallanes o bien donde está ubicada su boca oriental.
2) El PVTCTM argentino ubicado en las cercanías del Hito 1 fue instalado a fines de los 70, en una ubicación inicial a poco menos de un kilómetro de su ubicación actual pegado al límite con Chile, la que ocurre recién a fines de los 90, siendo modernizado en más de una oportunidad, siendo la última la que se pasa literalmente de la raya.
3) Aquí pasamos de que no tuvieran nada, a tener un puesto de vigilancia y de control de tráfico marítimo, lo que está excelente si su propósito fueran las aguas del Atlántico Sur, y no del Estrecho de Magallanes, como se sospecha que sería su intención al ubicarlo en su minuto pegado al Faro Cabo de Espíritu Santo de la Armada de Chile, y algo que en el artículo de la Gaceta Marinera de la Armada Argentina antes mencionado queda claro, ya que dice: “Los dos módulos donados por la Fundación Mirgor son de carácter transportables y fueron diseñados especialmente para satisfacer las necesidades habitacionales y laborales del personal de la Armada Argentina, que desempeña sus tareas en el PVYCTM “Hito 1” efectuando el seguimiento satelital del Estrecho de Magallanes”.
4) El Estrecho de Magallanes es chileno. Así queda establecido en el Tratado de Límites de 1881, y en el Tratado de Paz y Amistad de 1984 (TPA del 84). No son aguas argentinas o aguas con control dual como buscan los argentinos hasta el día de hoy, y que bien lo indica su última política de Defensa publicada en 2021, que a la fecha aún no se corrige a pesar de los reclamos diplomáticos chilenos, y que dice literalmente: “Uno de los espacios compartidos que resulta fundamental continuar fortaleciendo es el de la exploración, estudio y control conjunto sobre el Estrecho de Magallanes y el Mar de Hoces, espacios estratégicos tanto por su rol como vías navegables naturales entre el OCÉANO ATLÁNTICO y el OCÉANO PACÍFICO como por constituir puntos privilegiados de acceso al continente antártico”.
5) Lo anterior, conocido como la tesis del vicealmirante argentino Segundo Storni, y que sumado a la permanente búsqueda de que el límite norte de la boca oriental del Estrecho este ubicado en el Cabo Vírgenes, transformando a Argentina en ribereño del Estrecho de Magallanes ya que nosotros llegamos sólo hasta Dungeness con lo que pasan a ser ribereños del Estrecho, hace sospechosa cualquier cosa que la Argentina realice en materias de límites en la zona, razón por la cual no se les debe aguantar ninguna, exigiendo en ello el máximo celo a nuestras autoridades en lo que a límites con Argentina se refiere.
6) La Argentina ya tiene malos antecedentes en lo que se refiere al libre tránsito por el Estrecho. No permiten la navegación de buques que vengan o se dirijan a las Falklands por estas aguas ya que argumentan que para llegar al Estrecho deben pasar por sus aguas territoriales, negándoles el libre tránsito al que tienen derecho, algo que quedo muy claro en el TPA del 84.
7) En Argentina da lo mismo el color político del Presidente cuando se trata de temas de limites o respecto de temas de Estado como son sus ambiciones australes y antárticas, o de recuperación de las islas del Atlántico Sur que reclaman como de ellos. Eso implica que situaciones como estas deben ser asumidas como importantes y no ser disminuidas. Ellos siempre buscan moverse más al sur y más al oeste, un principio que también aplican al Estrecho de Magallanes, y para ello, buenos son también los paneles solares.
En la coyuntura geoestratégica en que se encuentra el mundo, no es indiferente quién sea el soberano en el Estrecho de Magallanes, el que por día adquiere más importancia conforme otros pasos estratégicos caen víctima del cambio climático o de las nuevas realidades de poder que gobiernan las relaciones entre países. Ello nos obliga a aplicarnos y ser exigentes en todo lo que se refiere a estas aguas interiores chilenas, sin espacio para errores, las que hemos dejado abiertas a la libre navegación, pero no por ello dejan de ser nuestras, algo que sospecho puede ser revisable conforme estimemos que nuestros derechos y soberanía puedan estar en riesgo.
Para cerrar, en nuestra relación con Argentina, cualquier incidente no bien manejado puede terminar mal y exigir soluciones de fuerza. Cosa de recordar el caso del islote Snipe de 1958, el que junto con la defensa del Beagle en el 78 nos enseña que con Argentina con fuerza se actúa y sólo ante la fuerza reaccionan. Esa fuerza hoy nosotros la tenemos y ellos de poco o nada disponen.
Richard Kouyoumdjian
Vicepresidente de AthenaLab
Fuente: El Líbero
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