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DOCUMENTO DE TRABAJO NO. 31 | La economía ilegal de las armas: El otro negocio ilícito que desafía al Estado de Chile

16 de Noviembre de 2024 Pilar Lizana
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DOCUMENTO DE TRABAJO NO. 31 | La economía ilegal de las armas: El otro negocio ilícito que desafía al Estado de Chile

Tráfico de Armas

La violencia derivada del uso ilícito de armas aumenta el temor de la ciudadanía, debido al impacto que causa cada enfrentamiento con resultado de muerte entre bandas rivales. En ese contexto, las armas son tanto una herramienta como un mercado. Son distribuidas a través de redes creadas por organizaciones para surtir la demanda criminal por ellas, las que son adquiridas incluso en la dark web y pagando su valor en criptomonedas. 

Las armas ilegales[1] representan un importante desafío para los Estados, quienes, de acuerdo con el nivel de penetración del crimen o la conflictividad que los rodea, deben lidiar con mercados de mayor o menor tamaño. La debilidad institucional explotada a través de la corrupción hace al Estado aún más vulnerable frente a este mercado ilegal ya que, además de lidiar con las redes que genera la economía ilícita, debe combatir la violencia que produce como consecuencia del uso del producto adquirido. 

Hoy los flujos globales conectan prácticamente al mundo entero, y la inseguridad interna se transforma en un problema de la mano de organizaciones que satisfacen la demanda de armas donde sea que esta se produzca. 

Importantes rutas con dirección norte-sur se integran a otras regiones, definiendo un escenario de comercio ilícito de armas en el que se inserta Chile y que es impulsado por una fuerte actividad criminal de grandes carteles conectados internacionalmente.

Puertos, aeropuertos y cruces de frontera terrestre se han ido poco a poco transformando en los puntos de internación ilícita de armas de fuego que, una vez dentro del país, se conectan con las rutas domésticas que satisfacen una demanda en el norte, centro y sur de Chile y que busca cualquier punto de desvío al mercado negro para adquirirlas. Es decir, toda una variedad de fenómenos que en conjunto construyen la economía criminal de las armas, la que se aprovecha de importantes debilidades en materia de fiscalización y control territorial, así como del conocimiento y las capacidades que pueda tener el mercado formal. 

Chile cuenta con legislación que regula el uso de armas, municiones y explosivos. También es parte de los convenios internacionales en esta materia, pero, al igual que otros países del mundo, la falta de registro, la producción artesanal y la internación ilegal generan una gran cantidad de armas denominadas “fantasmas”[2], las que requieren de otro tipo de recursos para perseguirlas. 

En ese contexto, vale la pena preguntarse sobre el rol de las “armas civiles”[3]. Las últimas políticas en materia de control de armas y crimen organizado han propuesto limitar el acceso a civiles a armas de fuego; sin embargo, se ha observado que el fenómeno es mucho más complejo que eso. Ese tipo de armas representa uno de seis sucesos asociados al tráfico de armas en el país. En Chile hay menos de un arma por persona y fenómenos como la producción artesanal, modificación e internación ilegal son desafíos importantes para el Estado, ya que existe una latente oportunidad de negocio, donde el alto precio que se paga en el mercado negro aparece como un elemento atractivo. 

En ese contexto, se podría plantear que las políticas públicas que buscan abordar el acceso de civiles a armas de fuego no se estarían haciendo cargo del problema de fondo, dejando de lado fenómenos tan relevantes como la utilización de Chile como país de tránsito de armas que buscan llegar a grupos criminales mayores, o como la internación ilegal de ellas. 

¿Cuál es el escenario que enfrenta el país en materia de tráfico de armas? ¿Dónde están las vulnerabilidades? ¿Cuáles son las fallas? ¿Qué impulsa a esta economía ilegal? Estas son algunas de las preguntas que se buscan responder en este estudio, que tiene por objetivo revisar la economía ilegal de las armas en Chile.

Para ello, se desarrolló una investigación descriptiva sobre la base de informes globales de tráfico de armas, data estadística de las distintas instituciones relacionadas con la materia a nivel nacional obtenida mediante el proceso de Transparencia Activa y las bases de datos institucionales y entrevistas a fuentes públicas asociadas a la persecución e investigación del tráfico de armas y a la fiscalización de las armas legales, que han solicitado su anonimato. Esto permitió ubicar a Chile en el panorama global del mercado ilícito de armas, conocer la realidad nacional y la legislación e identificar desafíos en materia de combate contra el tráfico de armas. 

Finalmente, cabe destacar que una de las limitantes del estudio tiene que ver con la dificultad de acceder a la información sobre armas ilícitas y al hecho de que aún no se cuenta con un registro de armas ilegales estandarizado en Chile, por lo que la información institucional podría estar duplicada. 

Además, resulta relevante resaltar que la data global sobre tráfico de armas no se encuentra actualizada al año 2023. En ese sentido, se utilizó el Estudio Global de Tráfico de Armas 2020, publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), que se elabora de acuerdo con las respuestas de un cuestionario completado por los países que adhieren a la iniciativa de monitoreo de tráfico ilícito de armas de la UNODC. Por el momento existe data parcial al 2022; sin embargo, el informe global que evidencia la evolución de la economía ilegal de las armas es el publicado en 2020 y que se elabora con información recolectada entre los años 2016 y 2017. Adicionalmente, existen otros informes sobre tenencia de armas que cuentan con la misma limitante, pues su información más actual corresponde también al año 2017. Otras iniciativas utilizan fuentes abiertas para recopilar eventos relacionados al uso de armas. Si bien resultan relevantes para conocer un panorama regional, no logran llegar a data estadística contrastable con datos oficiales. 


[1] Las armas ilegales corresponden a aquellas que no cuentan con un número de registro inscrito en alguna base de dato nacional o internacional ni con una debida huella balística. También son armas ilegales aquellas que, si bien cuentan con un número de registro, han sido ingresadas sin cumplir el proceso de internación legal o su número de registro se encuentra borrado. Las armas modificadas, impresas en 3D o producidas de manera artesanal también corresponden a armas ilegales.

[2] Las armas fantasmas son aquellas que no cuentan con un número de registro que permita trazarlas, ya sea porque este se ha borrado o por haber sido modificadas o producidas de manera artesanal. 

[3] Las armas civiles son entendidas como aquellas inscritas con número de registro incluido en la base de datos nacional y que pertenecen a civiles que han cumplido con los requisitos para comprar el arma en una armería.

Sobre el autor

Investigadora Senior AthenaLab

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