ENTREVISTA | Deportaciones en la era Trump 2.0: Expertos alertan que Chile se debe “anticipar” y preparar estrategia ante “incertidumbre”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a ejecutar parte de su política migratoria, lo que mantiene en vilo a varias comunidades latinas de ese país, frente a la promesa del mandatario estadounidense de realizar una expulsión masiva de extranjeros.

Uno de los primeros focos se centró en Colombia, con el envío de dos vuelos con personas de esa nacionalidad desde Estados Unidos, lo que abrió una tensión diplomática entre ambos países. Esto, porque el presidente colombiano, Gustavo Petro, se negó inicialmente a recibir los vuelos, bajo el argumento de que “los EE.UU. no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos”, y emplazó a ese país a darles un “trato digno”.

No obstante, Trump endureció su postura y determinó la imposición de aranceles del 25% a todos los productos colombianos y adelantó que en una semana “se elevarán al 50%”. Esto, llevó a que Petro reculara y decidiera aceptar los vuelos.

En tanto, en Perú también han recibido la ofensiva de Trump. Ayer, el canciller peruano Elmer Shialer, anunció que Estados Unidos supendió la ayuda a ese país en los programas gestionados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que incluyen gobernanza, salud, educación, desarrollo económico, medio ambiente y combate a las drogas. En ese sentido, explicó que ese país esperaba recibir 630 millones de dólares en ayuda hasta 2030, pero la entrega de fondos quedó detenida.

Mientras el mundo y varios gobiernos de Latinoamérica miran las medidas impuestas por Trump, en Chile también se abre el debate. Esto, porque no se descarta que la reacción que el mandatario estadounidense tuvo con Colombia, se pueda replicar ante otras deportaciones que intente llevar adelante.

En el caso de Chile, un elemento que podría resultar preocupante, son las múltiples ocasiones en que algún alguacil estadounidense ha solicitado que se cancele el programa visa Waiver, a raíz de la serie de robos que han cometido bandas chilenas, y acusan que los chilenos llegan a Estados Unidos a delinquir. “Calculamos que hay cien equipos (bandas) chilenas de cuatro a seis personas operando en todo el país, quienes entran y salen del territorio norteamericano en ciclos”, dijo en diciembre el sheriff del condado de Oakland, Mike Bouchard.

Gobierno fija postura: “Hay obligación de recibirlos”

La postura del Gobierno de Chile ante eventuales repatriaciones ha sido de colaboración. Ayer, la ministra del Interior, Carolina Tohá, sostuvo en conversación con Radio Infinita que “cuando nosotros deportamos personas a su país de origen esperamos colaboración de ese país y en general la obtenemos”.

“Entonces si cualquier país, Estados Unidos o el que sea, hay chilenos que por razones legales o migratorias se les expulsa y se les devuelve a nuestro país, nosotros en eso, cuando es las coordinaciones, la información adecuada, ciertamente colaboramos. Los chilenos siempre pueden venir a Chile y cuando se les expulsa de otro país nuestra obligación es colaborar con eso”, agregó.

En cuanto a si importan las condiciones con que sean tratados los connacionales para acogerlos de vuelta en el país, la ministra apuntó que “cuando uno tiene certeza de que las personas que están viniendo son de nuestra nacionalidad, hay una obligación de recibirlos”.

“Anticipar escenarios y estrategias de respuesta”

Más allá de la postura que ha fijado el Gobierno del Presidente Gabriel Boric de recibir a enventuales connacionales que pudieran ser deportados, expertos apuntan a que el país debe estar preparado para ello en materia de recursos, infraestructura y condiciones en que puedan llegar esas personas. Esto, considerando además los niveles de migración que ya existen en Chile y que presiona las capacidades.

Pilar Lizana, experta en seguridad e investigadora de AthenaLab, comenta a Emol que lo ocurrido con el presidente Gustavo Petro, demuestra “la convicción que tiene Trump para realizar esas deportaciones masivas y que si no son recibidas, está dispuesto a tomar todo tipo de acciones”.

Pese a que son países distintos, comenta que “tanto Colombia como Chile tienen ideologías distintas a la administración de Trump, y habría que ponderar qué tanto incide aquello. Pero de todas maneras, ya hay que comenzar a pensar en la infraestructura y capacidades que tenemos para recibirlos; los antecedentes de esas personas, para saber en qué condiciones vienen, si son personas que han cometido delitos allá, si tienen antecedentes acá en el país, hay que ponerse en todos los escenarios”.

La idea de que Chile se debe preparar de todas formas, es compartida por Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales UC. Según comenta, lo ocurrido el fin de semana con Colombia no es solo un mensaje a ese país, “sino al resto de Latinoamérica, de que la política de inmigraciones de Trump no admite negociaciones y que la aproximación en esa materia es del todo o nada”.

“Si bien Chile no está en el radar inicial de Estados Unidos, debiera el Gobierno formar un equipo multidisciplinario que vaya monitoreando las medidas de la administración de Trump y que permita anticipar escenarios y preparar estrategias de respuesta. Estamos entrando en una era de alto nivel de incertidumbre y los países tendrán que acostumbrarse a navegar en este nuevo escenario”, afirmó.

Por su parte, Diego Rojas, analista internacional de la UC, añade que hay que pensar cómo este proceso va a afectar los flujos migratorios dentro de América Latina. “Porque principalmente los desplazados y el plan de deportaciones masivas que está ejecutando Trump, sí va a tener un impacto en países receptores dentro de la región de América Latina y Chile es un país bastante receptor de migrantes”.

“En ese sentido, el país debería prepararse en términos migratorios para ver una nueva ola de migración intrarregional, más que desplazados intentando esta vez mirar hacia el norte, sino que desplazados tratando de buscar también otros lugares donde instalarse dentro de América Latina. En ese caso Chile sigue siendo medianamente un país atractivo para los migrantes (…) y esta ola migratoria que va a generar las deportaciones masivas también podría tener un impacto en nuestro país, y podría volver a recibir nuevas olas de migrantes en los niveles que habíamos visto en años anteriores”, cerró.

Guillermo Holzmann, analista internacional de la PUCV, comenta que “respecto a América Latina Donald Trump actúa y luego conversa. Respecto a Rusia, Unión Europea, China, primero señala situaciones, hace afirmaciones, establece condiciones, pero no actúa. Para Trump, la situación con América Latina es ‘al garrote’, y particularmente con gobiernos socialistas y progresistas”.

“Considerando todo ello y teniendo presente que en Chile hay un gobierno progresista, es necesario tener presente que la Visa Waiver en realidad es uno de nuestros menores problemas, aunque sea una medida que el gobierno de Donald Trump pueda imponer rápidamente”, añade.

En esa línea, sostiene que Chile debería “preocuparse mucho” de lo que ha ocurrido con Colombia, “y Chile debería ser capaz de anticiparse, considerando nuestra posición geoestratégica y geoeconómica, a pesar de ser una economía pequeña, en términos de la dependencia que tenemos de nuestras exportaciones hacia Estados Unidos, y considerando que la primera reacción pragmática de Trump respecto a una decisión del gobierno para los intereses y la seguridad nacional estadounidense es aumentar aranceles”.

“En segundo lugar, tenemos una presión importante respecto a lo que es nuestra dependencia en la Unión Europea, que hoy día está en una confrontación o en un escenario de profunda diferencia con Estados Unidos, y para qué hablar de nuestra dependencia de China”, zanjó.