Columnas

COLUMNA | Los desafíos de la alcaldesa San Martín en Las Condes

Las Condes necesita cambios en probidad, control interno, auditoria, seguridad, y de buena gestión, pero tan importante como ello es asegurar que los servicios básicos se mantengan durante las transiciones, porque de lo contrario, la luna de miel de la alcaldesa será corta.

25 de Febrero de 2025 El Líbero Richard Kouyoumdjian
Compartir
COLUMNA | Los desafíos de la alcaldesa San Martín en Las Condes

Normalmente escribo sobre temas de seguridad, defensa y relaciones internacionales, pero en esta oportunidad lo haré sobre Las Condes, que, producto de mi condición de concejal recientemente electo, algo conozco de sus capacidades y problemas.

Las Condes es una comuna que en el pasado ha estado en la prensa por temas relacionados a probidad y transparencia, y más recientemente por cartas en El Mercurio relacionadas a problemas con la renovación de licencias de conducir, y de gestión de servicios comunales en el ámbito de la seguridad.

Nunca sabremos si la alcaldesa San Martín gano las elecciones por el tema salarial de Marcela Cubillos, o porque su propuesta electoral con foco en probidad y transparencia fue lo que sedujo a los votantes. Yo soy de la opinión que llegó a ser alcaldesa por la suma de ambas circunstancias. Ella estuvo cuatro años de concejala antes de ser alcaldesa y tenía relativamente claro los temas principales que hacían ruido, lo que se debía mejorar y cambiar, y quizás, los problemas de los que se tendría que hacer cargo.

Es más que evidente que procesos de cambios como los que está liderando la alcaldesa San Martín van a generar ruido, que se van a cometer equivocaciones, y que sus acciones van a generar rechazo en aquellos que se vean afectados por sus medidas. En ese sentido para que el proceso de transformación sea exitoso su equipo deberá tener claro quiénes están a favor, quiénes toman palco y quiénes tienen agendas propias que se oponen a los planes de la administración.

Los temas relativos a Las Condes los dividiré en tres secciones. Los relativos a probidad y transparencia, los relativos a la eficiencia y eficacia de los servicios municipales, y los que se refieren a la seguridad comunal. Todos ellos importantes para los vecinos y en donde no sacamos nada con sacarnos un 7 en una de las materias y reprobar en las otras.

Está claro que en Las Condes la probidad y la transparencia podrían haber sido mejores, existiendo a veces la tentación en concentrarse en las personas involucradas, especialmente relacionadas con las administraciones anteriores, lo que, si bien es correcto, no debe implicar que uno deje de lado lo que es más importante, lo que a mi entender son las fallas de diseño de los procesos de control interno y auditoría que permitieron que algunos equivocaran el rumbo.

En ese sentido las auditorías contratadas en el 2024 como las que realiza la Contraloría General de la Republica ayudan a entender dónde están las fallas y lo que se debe arreglar, que muchas veces no es más complejo que tener los procesos mapeados, digitalizados y controlados, una simple cosa que hubiese evitado muchos de los dolores de cabeza actuales.

En el caso de Las Condes lo que más causa ruido son la falta de control sobre el gasto de las corporaciones, la Unión Comunal de Juntas de Vecinos (UCJV), y de todas aquellas organizaciones que reciben subvenciones o traspasos de fondos desde la municipalidad para su operación.

Es muy posible que en la mayor parte de los casos todo esté correcto, pero basta que las rendiciones de gastos no sean oportunas o claras para que haya dudas o se produzcan malas interpretaciones, y en eso sí tienen responsabilidades las administraciones anteriores. Tener un modelo de gestión descentralizado sin esquemas de control adecuados es buscarse problemas.

Es más que evidente que si se ataca el problema de probidad y transparencia, los servicios comunales básicos pueden verse afectados si es que se deben intervenir. Esto más arte que ciencia, pero es algo en lo cual la nueva administración debe tener cuidado ya que el vecino típico de Las Condes no perdona cosas como calles sucias, servicios comunales que no funcionen como son las renovaciones de licencias de conducir, o que su seguridad se vea afectada.

A los vecinos de Las Condes les encanta que las cosas sean más transparentes y que seamos un ejemplo de probidad, pero ese amor por lo correcto deja de ser una prioridad si lo básico no funciona, y, por otro lado, no aceptan que se le eche la culpa al empedrado, o a las administraciones anteriores después de dos meses en el puesto, debiendo quien está a cargo, ser capaz de caminar a la vez que mastica chicle.

La seguridad comunal merece un capítulo aparte. Claramente Las Condes tiene mejor seguridad que otras comunas y eso los vecinos lo saben, y es algo en que no están dispuestos a transar, pero dicho eso, que sea mejor no quiere decir que esté preparada para los desafíos que se ven a futuro en materias de criminalidad compleja.

Las Condes cuenta con capacidades muy desarrolladas en términos de cámaras y pórticos lectores, con sus respectivos esquemas de control y monitoreo, lo que permite tener velocidades de reacción bastante buenas cuando se compara con las policías u otras comunas.

Pero también tiene grandes desafíos en materias de seguridad, siendo los principales la baja dotación de carabineros, lo que implica que su seguridad descansa principalmente en los inspectores municipales y en los patrulleros de la UCJV, organización que maneja casi la mitad de las personas y vehículos dedicados al tema, lo que en sí mismo puede ser un problema si la coordinación y control no son los adecuados, siendo evidente que sería mejor que todos estuvieran bajo la municipalidad, pero que no se ve de fácil solución. Claramente en seguridad no queremos problemas, queremos que sea efectiva a la vez que eficiente, y que no se degrade lo que ya tenemos independiente que en algunos casos esté pegado con palitos.

Entendiendo que lo que ya existe no puede bajar de calidad, el gran desafío de seguridad está en preparar a Las Condes para evitar la presencia de la criminalidad compleja que se da en el resto de Chile, lo que se logra por la vía de una buena integración con los municipios vecinos, con las policías y el Ministerio Público, por el uso de nuevas tecnologías del tipo IA, y por tener unidades focalizadas en organizaciones criminales, y por sobre todo, un centro de fusión de inteligencia que permita anticiparse a los hechos por la vía de saber lo que ocurre en la comuna. En ese sentido, la presencia y el liderazgo del general (r) Bolívar dan tranquilidad y seguridad de que así será.

En resumen, está claro que Las Condes necesita cambios en probidad, control interno, auditoria, seguridad, y de buena gestión, pero tan importante como ello es asegurar que los servicios básicos se mantengan durante las transiciones, porque de lo contrario la luna de miel de la alcaldesa será corta y la realidad a enfrentar otra. Mejor hacerse cargo de los problemas y no continuar achacándolos a las administraciones anteriores. El relato y la necesidad de cambio ya están instalados, sólo restando ejecutar bien los cambios y gestionar la comuna como se merece.

Sobre el autor

Vicepresidente AthenaLab

Temas relevantes

políticaSeguridad pública
suscripcion

No te pierdas ninguna actualización

Suscríbete a nuestro newsletter de forma gratuita para mantenerte informado de nuestros lanzamientos y actividades.

Suscribirse