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Reflexiones sobre Rimpac: “Debemos pensar en cómo organizarnos cuando Rimpac pueda dejar de ser una opción”, Richard Kouyoumdjian

20 de Agosto de 2020

Llegó Rimpac 2020, pero esta vez sin la participación de Chile, como tampoco de varios otros países que, principalmente por razones de pandemia, decidieron no concurrir.

A pesar de que varios se bajaron, igual asisten 10 países, 22 buques, un submarino, varias aeronaves y un total de aproximadamente 5.300 personas. Los países que participaran en esta oportunidad son Australia, Brunei, Canadá, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Corea, Filipinas, Singapur y el anfitrión, Estados Unidos.

Algunos van felices este año, como es el caso de Australia, mientras otros van a todo lo que sea multinacional, como Canadá. También hay quienes no les queda otra opción dadas las circunstancias actuales, como Japón, Corea del Sur, Filipinas y Singapur. Nueva Zelanda va donde Australia vaya y quién sabe que mueve a Brunei, pero como está en un barrio complicado, quizás participar en una operación de este tipo le conviene de cara al futuro
El caso de los australianos es interesante. Tienen una alianza estratégica con los estadounidenses que les interesa cuidar y están dispuestos a invertir en ella. Van con cuatro buques y han dejado muy claro que para mantener su asociación con ellos, deben mantener efectiva su capacidad de interoperar y de interconectarse con la Armada de Estados Unidos y las marinas de los otros países asistentes.

Rimpac es una excelente oportunidad de entrenamiento, de desarrollo de la capacidad de interoperar y de probar la interconectividad que las operaciones navales y marítimas complejas requieren para su desarrollo, pero esos propósitos hoy se están enredando con el tema de China. No hay claridad, tanto respecto del país organizador, como de todos los que concurren, de la conveniencia de usar a Rimpac como la base para generar una fuerza naval y marítima entrenada y capaz de interoperar en forma interconectada. La excepción, que antes mencione, sigue siendo Australia, que se embarca en cualquier iniciativa que organice la marina del país del norte.

Para aquellos que quieran ahondar en el tema, recomiendo leer el siguiente artículo del USNI: https://news.usni.org/2020/08/17/scaled-back-at-sea-rimpac-2020-exercise-kicks-off-near-hawaii.

Lo que sí está claro, es que la estabilidad del Pacífico es una necesidad para los países que dependemos del comercio exterior que se mueve por mar y que, además, se realiza con países de Asia y de buena parte del Indo-Pacífico. Esta necesidad de estabilidad nos lleva a tener que pensar en cómo organizarnos en un escenario en donde, incluso, Rimpac pueda dejar de ser una opción.

El desarrollo de esta idea fue algo de lo cual escribí en la edición de marzo de la revista Proceedings, en un artículo que a su vez fue republicado por la Revista de Marina. Está disponible en: https://revistamarina.cl/actualidad/regional-navies-must-take-responsibility-for-pacific-security/.

En resumen, ahí planteó que países como Chile, cuyo principal socio comercial es China, necesitamos de un Pacífico estable, pero que esa estabilidad debiera ser lograda a través de las marinas de países con capacidades similares, donde no participen ni Beijing ni Washington. Existen muchos países que contamos con condiciones de integrar y organizar fuerzas navales y marítimas multinacionales, puesto que aprendimos mucho de Rimpac y de otras oportunidades que tuvimos. Es hora de hacerlo, ya que la necesidad existe y no creo que vayamos a tener el beneficio de la excusa de una pandemia para evitar en el futuro concurrir a Rimpac sin ofender a Estados Unidos o China. Debemos seguir nuestro camino propio, tal como lo hicimos con la elección del cable submarino que saldrá de Chile pasando por Nueva Zelanda y Australia camino a Japón.