El experto mexicano Agustín Maciel-Padilla afirmó este viernes que el reto más importante de su país es la violencia relacionada con las drogas, pero advirtió que no se ha hecho un alto para plantear una solución de fondo al problema desde el punto de vista de la seguridad nacional.
“En el largo plazo debemos reconstruir las fuerzas policiales a nivel federal y local… entorno a una cultura de la honestidad” sostuvo Maciel-Padilla en un webinar de AthenaLab.
Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en diciembre de 2018 con un planteamiento de “Abrazos, no balazos”, que consistía en establecer un diálogo amplio sobre el curso fallido de la guerra contra las drogas, con el fin de desarrollar una política social hacia poblaciones vulnerables, esta apuesta chocó con la realidad.
Esa aproximación no frontal al narcotráfico fue leída como una señal de debilidad por los carteles de la droga, que entienden el lenguaje de la fuerza. Así, 2019 cerró oficialmente el año más violento en la historia de México, con 34.582 homicidios dolosos registrados en 12 meses, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Ese mismo año, el Cartel de Sinaloa había forzado al Ejército a liberar a uno de los hijos del capo Joaquín “Chapo” Guzmán, luego de que los narcotraficantes lanzarán una ofensiva en la ciudad de Culiacán.
Y en junio pasado, el Cartel Jalisco Nueva Generación, uno de los más poderosos de la actualidad, hizo un atentado contra un alto funcionario de seguridad en un barrio acomodado de Ciudad de México, que incluyó armas de grueso calibre.
“Si no existe el factor coercitivo con los programas sociales no tendrán resultado”, precisó Maciel-Padilla, doctorado del Departamento de Estudios de la Guerra del King’s College de Londres y magíster en Seguridad Internacional de Georgetown.
Al final, López Obrador decidió crear la Guardia Nacional, un nuevo cuerpo policial de carácter federal. Actualmente, tiene más de 50.000 efectivos desplegados en todo el territorio. Para armar esta fuerza, se reclutaron nuevos elementos, a la vez que se echó mano de efectivos de la policía militar, policía naval y de la Policía Federal Preventiva.
Aparte de eso, el gobierno emitió un decreto que permitirá tener a las fuerzas armadas en las calles hasta 2024, fin del sexenio del mandatario izquierdista.
Los militares se encuentran desplegados en tareas de seguridad pública desde diciembre de 2006, cuando el entonces presidente centroderechista Felipe Calderón dio la orden ante la realidad de que el narcotráfico le estaba disputando territorios al Estado.
Según Maciel-Padilla, la respuesta ha sido militarizar la lucha contra el narcotráfico, porque las policías o no son capaces o no tienen el poder de fuego necesario para hacer frente a los carteles. Pero mientras tiempo están las Fuerzas Armadas dedicadas a esas tareas, más tiempo se pierde en la reforma policial.
Entre las reformas que propone el autor de “Understanding Mexico’s Security Conundrum”, libro que próximamente será publicado por Routledge, México necesita una nueva ley de seguridad nacional que separe bien el ámbito de la seguridad pública, una agencia de inteligencia dedicada al exterior y la fusión de la Secretaría de Defensa Nacional y la Secretaría de Marina en un solo ministerio.
En la actualidad, Maciel-Padilla está a cargo de la oficina de seguridad y fronteras de la Embajada de México en Belice.
