Las últimas semanas han sido bastante agitadas desde una perspectiva naval. Varios teatros han sido testigos de diferentes tipos de acciones, todos ellos proporcionando evidencia sobre la declinación del poder marítimo en el mundo contemporáneo y sobre cómo se mantiene el orden en el mar.
Es descarado ilustrar este artículo con una imagen generada por Inteligencia Artificial. Bastante engañoso también porque este texto no se trata de la Armada de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante subrayar que la ironía de los mares disputados de hoy se da tras 25 años de un supuesto dominio que condujo a una ausencia crítica de inversión sostenida.
La crisis del éxito. En 2007, mi colega y mentor Geoff Till captó lo que era una tendencia crucial. Las armadas pertenecientes al club de aliados y socios de Estados Unidos se habían movido en gran medida hacia una realidad “posmoderna” en la que la explotación del control del mar es la principal preocupación[1].
Mientras que las fuerzas europeas estuvieron entre las más afectadas por los recortes[2], el problema fue más amplio y profundo: la falta de un desafío convencional también afectó la capacidad de la marina estadounidense para vincular la innovación con la estrategia[3].
Esta es una información de fondo importante para presentar un conjunto más amplio de observaciones sobre lo que estaba sucediendo en el mar en términos más generales, durante las últimas décadas:
A. La Convención sobre el Derecho del Mar de Naciones Unidas (Convemar) ha estado creando la munición legal para un nuevo tipo de disputa sobre el océano, y no solo sobre sus extensiones.
B. Países como China, Rusia, Irán y Corea del Norte, por mencionar los más importantes, a diferencia de los socios navales liderados por Estados Unidos, tenían doctrinas con oponentes claramente identificados que condujeron a un enfoque diferente en la innovación y el desarrollo de flotas.
C. La conectividad global, física y digital se volvió más dependiente del mar, creando una nueva capa de vulnerabilidad estratégica potencial. El transporte marítimo siempre ha sido vulnerable a los ataques, pero la escala y el alcance se expandieron considerablemente.
D. La geografía premió la tierra sobre el mar. El desarrollo de capacidades terrestres, junto con nuevas tecnologías habilitadoras de innovación en sistemas autónomos y automatizados, amplió la capacidad y la asequibilidad de los actores terrestres para afectar los eventos en el mar.
En las últimas semanas, las consecuencias de estos cambios han estado a la vista, todo al mismo tiempo:
La Convemar y la disputa del océano como lugar de reafirmación nacional. Es cosa de pensar en las noticias semanales sobre cómo se comportan la Guardia Costera China y las milicias en el Mar de Sur de China frente a Filipinas[4]. Por supuesto, en este caso también hay una convergencia con la importancia estratégica de este espacio.
El oponente tiene participación. Aquí se podrían utilizar varios ejemplos, pero hay en un par de ellos que son distintivos de los esfuerzos continuos a largo plazo: el progreso de los submarinos de Corea del Norte[5] y de las capacidades nucleares y de los submarinos de ataque nuclear de la República Popular China[6].
Nodos que importan. Una vez más, los últimos días han sido interesantes en términos de ilustrar cómo el transporte marítimo es una arteria crítica de la prosperidad global que está constantemente expuesta. Los ataques en el Mar Rojo son sintomáticos sobre cómo la conectividad puede vincularse a los acontecimientos en tierra[7].
El mar empuja la tierra hacia atrás. Hace algunos días, el destructor “USS Carney” publicó un video donde se aprecia una gran cantidad de imágenes nuevas sobre sus múltiples enfrentamientos en contra de misiles y drones lanzados desde territorio controlado por los rebeldes hutíes en Yemen[8].
Volviendo al punto de partida, ¿dónde nos deja esto? La buena noticia es que todos estamos reconociendo el alcance del desafío y, en cierto sentido, su escala. Sin embargo, en este momento los éxitos se obtienen a costos que no son sostenibles a largo plazo[9]. Esto, a su vez, lleva a una pregunta aún mayor: ¿dónde está la masa necesaria para enfrentar el mayor alcance y escala en que los oponentes plantearán un desafío?
En mi opinión, esta es la contradicción más notable del mundo actual: Vivimos en una época en la que las disputas en el mar han regresado, aunque esta vez son más profundas y tienen un espectro más amplio. No obstante, la suposición aparentemente sigue siendo que pocos activos boutique para múltiples misiones son suficientes.
Los expertos en tecnología aseguran que el empleo inteligente compensará la masa. Tal vez. Pero quizás eso no sea suficiente y, sobre todo, hay algo profundamente inquietante en apostar por una estrategia de incógnitas. Una cosa es segura: el mar ha vuelto al debate estratégico y ha llegado para quedarse.
Alessio Patalano, King’s College London
10 de diciembre de 2023
*Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de AthenaLab.
[1] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0030438707000749
[2] https://cimsec.org/on-the-decline-of-european-naval-power-a-conversation-with-jeremy-stohs-pt-1/
[3] https://www.amazon.co.uk/dp/1682475255?ref_=cm_sw_r_ud_dp_BRK529VC93MHDDND2CW2
[4] https://www.youtube.com/watch?v=TeMZzu6p87I
[5] https://reuters.com/world/asia-pacific/north-korea-launches-new-tactical-nuclear-attack-submarine-kcna-2023-09-07/
[6] República Popular China
[7] https://apnews.com/article/red-sea-houthi-yemen-ships-attack-israel-hamas-war-gaza-strip-716770f0a780160e9abed98d3c48fbde
[8] https://news.usni.org/2023/12/03/carney-shoots-down-two-drones-in-red-sea
[9] https://www.navalnews.com/naval-news/2023/12/french-fremm-frigate-languedoc-intercepts-two-drones-off-yemen/
