People watch a television screen showing a news broadcast with file footage of a North Korean missile test, at a railway station in Seoul on October 4, 2022. - North Korea fired a mid-range ballistic missile on October 4, which flew over Japan, Seoul and Tokyo said, a significant escalation as Pyongyang ramps up its record-breaking weapons-testing blitz. (Photo by Jung Yeon-je / AFP)
El 4 de octubre se encendieron nuevamente las alarmas en Japón. En esta oportunidad, por el lanzamiento de un misil balístico desde instalaciones militares de Corea del Norte, cuya trayectoria sobrevoló territorio en la parte norte de las islas niponas, logrando un alcance de 4.600 kilómetros. Corea del Sur y Estados Unidos respondieron con un ejercicio aéreo, que incluyó empleo de bombas de precisión. El programa nuclear norcoreano, así como el de misiles balísticos, ha sido un dolor de cabeza para las potencias regionales, desde inicios del siglo XXI. Aquí un breve análisis de AthenaLab.
SITUACIÓN ESTRATÉGICA
La península de Corea fue históricamente una zona de disputa de distintos imperios como el chino, japonés y ruso. Después de terminada la II Guerra Mundial, la península se dividió en dos, la mitad norte bajo control comunista con apoyo soviético y chino y la parte sur bajo un régimen que transitó hacia una democracia apoyada por Estados Unidos. Técnicamente, Corea del Norte y Corea del Sur están en guerra, con un armisticio en vigencia, firmado en 1953, que congeló la conflagración entre ambos Estados separándolos mediante una zona desmilitarizada en torno al paralelo 38º latitud norte. Desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953), la situación de seguridad en la península ha sido precaria, pasando por momentos de mayor o menor tensión, normalmente detonados tanto por demostraciones militares del norte (pruebas de misiles, ensayos nucleares, disparos transfronterizos), del sur (ejercicios militares con la participación de medios de Estados Unidos) o por fricciones de la frontera, todo estimulado por una fuerte retórica del régimen de Pyongyang.
PODER MILITAR CONVENCIONAL
En términos convencionales, la capacidad militar de Corea del Norte es inferior a su vecina del sur. Además de considerarse su arsenal obsoleto y en regulares condiciones por falta de repuestos y tecnología antigua, los números tampoco favorecen al norte. Corea del Sur supera en número de aviones, helicópteros, artillería y buques de guerra, mientras que el Corea del Norte se impone en cantidad de efectivos, submarinos y tanques. Esta condición de asimetría favorable al lado austral de la península, explica de manera importante el compromiso e importancia que el régimen de Pyongyang les asigna a sus programas nuclear y de misiles, respectivamente.
CAPACIDAD DE MISILES
Corea del Norte desarrolló cinco pruebas que involucraron el lanzamiento de ocho misiles desde el 25 de septiembre pasado. Si se contabilizan todos los test del 2022, se estima que el número alcanzaría a 43 misiles, entre balísticos y crucero (En 2021 se hicieron solo 8 ensayos de este tipo). El arsenal de misiles considera más de veinte modelos, en distintas etapas de desarrollo y capacidades, los que podrían alcanzar distancias que se estiman en hasta 13.000 kilómetros, amenazando a toda Asia, Oceanía, Europa y la costa oeste de Estados Unidos. Si bien se considera que ya cuenta con la posibilidad de montar una ojiva atómica en algunos modelos, está en duda de que sus misiles balísticos intercontinentales estén operativos con capacidad nuclear (llevar una ojiva al espacio, sobrevivir el reingreso y dirigirse a su objetivo con precisión)
PODER NUCLEAR
Se estima que el programa nuclear norcoreano comenzó en la última parte de la década de 1990, mediante el contacto, tecnología y experiencia obtenido desde Pakistán. A.Q. Khan, considerado el padre del desarrollo nuclear con fines militares de Pakistán, habría sido parte importante del proceso que terminó con Corea del Norte convertida en potencia nuclear. El proceso se reforzó por la existencia de intereses mutuos, donde el gobierno pakistaní necesitaba capacidad de contar con misiles para sus bombas atómicas y ofrecía la tecnología necesaria para el enriquecimiento de uranio. En contraparte, los norcoreanos buscaban el conocimiento, diseño y experiencia para el desarrollo nuclear militar y contaban con adelantadas capacidades de fabricación de misiles. Al final, el intercambio benefició a ambos Estados, otorgándole a Corea del Norte, la posibilidad de obtener una bomba atómica en un corto tiempo, a pesar de la oposición y condena internacional.
Actualmente, según información del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), Corea del Norte podría contar con un total de 40 a 50 ojivas nucleares. Respecto a su capacidad de destrucción, no obstante, dicho país afirma haber detonado una bomba de hidrógeno, las estimaciones más recurrentes sitúan la fuerza en un poder de destrucción de entre 50 a 300 kilotones (como referencia, las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945 tenían una potencia de 16 y 25 kilotones respectivamente).
RESOLUCIONES Y SANCIONES
Producto del desarrollo de los programas nuclear y de misiles balísticos norcoreanos, la comunidad internacional ha tenido una posición relativamente transversal de condena, no obstante, existan matices en cómo hacer frente a esta problemática. Desde 2006, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha adoptado nueve resoluciones que condenan a Corea del Norte, conminándola a terminar con sus pruebas y cesar dicha actividad considerada como ilícita, pues trasgrede las resoluciones previas del mismo consejo. Todas las resoluciones mencionadas fueron adoptadas con la unanimidad de los integrantes del consejo, incluyendo a China y Rusia. Además, junto con las sanciones impuestas, el consejo autoriza a los Estados miembros de las Naciones Unidas a interceptar e inspeccionar la carga coreana dentro de su territorio y, si es del caso, confiscar y disponer de la carga considerada ilícita. Del mismo modo, reiteradamente, invitan a Corea del Norte a reintegrarse al Tratado de No Proliferación, al cual originalmente adscribió en 1985, pero se retiró en 2003.
CONCLUSIONES
Equipo AthenaLab
5 de octubre de 2022