Desde noviembre de 2020, Chile se encuentra en un proceso histórico que lo llevará a contar con una nueva Constitución. En enero pasado, quienes postulan a la Convención Constitucional inscribieron sus candidaturas y, en abril próximo, se llevarán a cabo las elecciones de quienes tendrán la extraordinaria tarea de redactar la nueva Carta Fundamental que determinará el futuro de la Nación. Durante este proceso, se espera que surjan ideas y debates constructivos para contribuir a la elaboración del nuevo texto constitucional en todas las áreas de interés. Dentro de ellas, se encuentra lo relacionado con materias de seguridad, Defensa y Fuerzas Armadas.
En este ámbito, en el último tiempo han surgido algunas voces que proponen no dedicar un capítulo especial sobre la temática de la Defensa o incluso no integrar dichos antecedentes o materias en absoluto, mientras otros afirman sobre la necesidad o conveniencia de hacerlo.
En este contexto, el centro de estudios AthenaLab publicó en febrero de 2020 su “Documento de Trabajo No7”, en el que se abordó la incorporación de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública y las nociones sobre los conceptos de seguridad y Defensa nacional en las constituciones políticas de Chile, con énfasis en el texto de 1925, así como en el proceso de las comisiones de trabajo de la carta vigente de 1980, además de las distintas versiones del Libro de Defensa Nacional y la propuesta de Estrategia de Seguridad Nacional. Dicho trabajo representa un aporte valioso para la discusión entregando antecedentes que solo contribuyen a mejorar la calidad del diseño de nuestras políticas.
Este presente artículo busca complementar ese trabajo realizado, aportando antecedentes internacionales sobre este tema tan relevante para el país. Partiendo del conocimiento de la experiencia nacional, se indagó sobre qué han hecho otros países al momento de redactar sus constituciones y qué materias referidas a la Defensa y las Fuerzas Armadas han incorporado en su carta magna, o si simplemente no lo han hecho.
Para tal tarea se necesitó definir qué países se tomarían como muestra, estableciéndose como requisitos, por un lado, que se tratara de democracias representativas, con economías abiertas e importantes niveles de desarrollo. Por otro, la idea fue revisar la situación que presenta nuestra vecindad. Cabe aclarar que este trabajo no pretende realizar un análisis comparativo de las constituciones, ni analizar cualitativamente los contenidos, más bien, intenta exponer si las naciones consideradas, al momento de escribir su Constitución política, incorporaron materias asociadas a la Defensa y a las Fuerzas Armadas. Adicionalmente, se presentan aquellas observaciones referidas a qué aspectos se repiten o son coincidentes en los países abordados y cómo se estructuran en las respectivas constituciones.
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