El Mercurio, sábado 13 de marzo 2020
Al ocupar el 50% de la superficie terrestre, el Indo-Pacífico no está hecho para la hegemonía de un actor, sino para la multipolaridad. Se trata de un inmenso sistema marítimo interconectado (diplomacia, seguridad, comercio) que nace de la confluencia de dos océanos, donde lo que pasa en un parte afecta a otras.
Uno de los desarrollos más importantes que experimenta esta región es la creciente cristalización del llamado “Quad”, el diálogo cuadrilateral cada vez más frecuente que están teniendo los líderes de Australia, Estados Unidos, India y Japón.
Aunque el grupo partió de manera informal para coordinar la respuesta de emergencia al tsunami de 2004 en el Índico, con el paso de los años se ha transformado en un foro de seguridad y diplomacia que puede realizar desde ejercicios navales combinados hasta buscar coordinar estándares para redes tecnológicas. Al solo reunir cuatro de las principales economías y fuerzas armadas del mundo hace que su consolidación como espacio de diálogo se vuelva un asunto crucial.
También debe añadirse que se trata de democracias que abogan por un Indo-Pacífico inclusivo y “sin coerción” (tesis australiana). El exprimer ministro japonés Shinzo Abe, uno de sus arquitectos originales, lo describió su momento como un “diamante democrático de seguridad”. No es un dato menor, porque las democracias son menos propensas a entrar en guerras y más adeptas a respetar las normas internacionales (de ahí la defensa de libertad de navegación), lo que es sumamente importante en una zona plagada de disputas territoriales explosivas.
Es decir, los cuatros países no solo están unidos por intereses, sino también por valores. De ahí que sus perspectivas sean más auspiciosas que otras basadas solo en intercambios económicos o asuntos puntuales. Aunque no la mencionan directamente, la contraposición con China se hace evidente cuando se toca la política.
En el caso de Chile, su comercio, seguridad y territorios (pasos marítimos australes y Rapa Nui incluidos) ya están directamente comprometidos en el Indo-Pacífico. Y comparte con el “Quad” la naturaleza democrática de su sistema de gobierno. Por eso, debiera ser un foco de atención.
Si Estados Unidos y Japón ya son socios de larga data en diversos campos, Australia hoy avanza rápido para convertirse en uno, gracias al cable fibra óptica, transferencia de buques e inversiones. Solo India sigue como una gran promesa, que la actual Cancillería busca empezar a materializar de una vez.
Es cierto que el Indo-Pacífico aún está en una etapa temprana de configuración, pero el “Quad” es el tipo de iniciativa flexible y bien enfocada que puede dar la tónica del futuro de la región. Su iniciativa para masificar la producción de vacunas contra el covid-19 es un buen ejemplo. Y por lo visto, no “desparecerá como espuma en el mar”, como auguró un alto funcionario chino cuando le preguntaron sobre el grupo hace un par de años. Todo lo contrario.
Juan Pablo Toro
Director ejecutivo AthenaLab
