En el segundo documento de trabajo público preparado por AthenaLab, abordamos el enorme desafío que significa vigilar las fronteras en la globalización, donde se trata de permitir los cruces de personas y el comercio legal, pero sin descuidar las actividades criminales.
Por tal motivo, recorrimos partes de la frontera norte con Bolivia y Perú, para contrastar con información recogida en terreno lo que indica la literatura especializada. Asumiendo también nuestras experiencias en otras fronteras (EE.UU.-México; Colombia-Venezuela; Israel-Palestina, por mencionar algunas), nos abocamos a construir un panorama propio e independiente.
La gran conclusión: Necesitamos mejorar la coordinación de los activos existentes y lanzar un proceso interagencial permanente. No podemos seguir enfrentando problemas actuales con fórmulas antiguas. Chile tiene la oportunidad e institucionalidad para mejorar el control y vigilancia fronterizos, de modo de evitar que crezcan las organizaciones criminales transnacionales, en particular las dedicadas al narcotráfico, y que se debilite el estado de derecho. Las policías y fuerzas armadas pueden colaborar más.
- No hay un modelo único de control y vigilancia fronteriza terrestre. El tipo y consistencia de las amenazas, la buena o mala relación con los vecinos, la voluntad política, la solvencia institucional, la disponibilidad de recursos económicos, la situación de aislamiento o interconexión entre los países y el tipo de geografía son todos factores que inciden en las respuestas particulares que generan los Estados para proteger sus límites.
- Si bien lo ideal es enfrentar los problemas transnacionales con soluciones similares, cuando no se pueden implementar, los Estados se ven en la obligación constitucional de hacer uso de instrumentos de poder nacional para garantizar la provisión de seguridad, que es una de sus funciones básicas y motivo fundacional.
- El gran desafío del manejo de fronteras en la globalización es eliminar las vulnerabilidades sin afectar los flujos legales de personas, bienes y servicios.
- Por su naturaleza compleja en lo que se refiere a la producción de bienes y servicios ilícitos, las organizaciones criminales transnacionales (OCT) requieren de condiciones del entorno para obtener éxito, donde la debilidad del Estado es un factor crucial y se puede reflejar en la vulnerabilidad fronteriza. Por eso, un buen control de las zonas limítrofes es un desincentivo para ese tipo de organizaciones.
- La situación de seguridad en la frontera norte de Chile es compleja. Por un lado, conviven las tradicionales amenazas militares, aunque con baja intensidad, en sus modalidades de enfrentamiento clásico y asimétrico, y por otro lado, los riesgos de naturaleza transnacional asociados a organizaciones criminales, dedicadas al narcotráfico, trata de personas y contrabando de todo tipo. Es un escenario multidimensional en una frontera muy permeable y extremadamente extensa.
- Entre los principales problemas que tiene Chile en el manejo de la frontera norte está la falta de una arquitectura de seguridad actualizada para abordar la complejidad de la zona de una manera integral. Hasta ahora, limitaciones legales y culturas institucionales han complicado la creación de un panorama común de frontera. A esto se suma la extensión, aislamiento, clima y accidentes geográficos que dificultan la vigilancia y control de la misma, labores que hoy se realizan con medios tecnológicos primarios y efectivos que parecen no ser suficientes. Falta avanzar más en una coordinación institucionalizada y no quedarse en la suma de voluntades, a pesar de que existen ejemplos positivos, como las patrullas mixtas entre Carabineros y Ejército.
- En la frontera norte se están dando distintos cambios demográficos que requieren atención, como el despoblamiento progresivo del Altiplano, cerca del límite con Bolivia, y el surgimiento de proyectos agrícolas peruanos cerca del límite con Chile, entre los hitos 1 y 15. Esos cambios pueden incidir a futuro en la cohesión nacional en el área, aunque todavía hay una valoración positiva de la presencia del Estado y las instituciones chilenas. Soluciones tecnológicas de alto impacto y bajo costo en materia de energía y telecomunicaciones para poblaciones aisladas serían beneficiosas.
- La robusta institucionalidad de Chile permite buscar soluciones fronterizas innovadoras, que a nivel estructural pasan por implementar un proceso interagencial permanente, que permita operacionalizar las nuevas atribuciones encomendadas a las Fuerzas Armadas en las zonas de frontera en materia de narcotráfico y que están contenidas en el decreto presidencial. Este proceso debe conducir a armonizar las tareas de policías, militares y otras entidades para ser más efectivos en el manejo de fronteras, así como para evitar duplicar funciones y aprovechar mejor los pocos medios disponibles de vigilancia, compartiendo las capacidades existentes. Por lo mismo, se hace necesario contar con un organismo único que tenga la responsabilidad de levantar y manejar un panorama integral de frontera, de modo que pueda materializar y coordinar a diario el accionar eficiente de las diversas instituciones.