El Líbero, 17 de noviembre 2023
Cualquiera sea el giro del negocio ilegal, siempre se requiere de algún funcionario o agente del Estado que haga la vista gorda o informe sobre controles y fiscalizaciones.
Hace más de dos años nos sorprendía el caso San Ramón. Un exalcalde en prisión preventiva por nexos con el narcotráfico. Esperábamos que fuera una oportunidad y que la corrupción se persiguiera con mano firme para evitar el debilitamiento del Estado y sus instituciones. Lamentablemente eso no sucedió y hoy, un audio de más de una hora viene a demostrar cuánto ha avanzado ese flagelo dentro del Estado.
San Ramon era la punta del iceberg, y ¡vaya qué gran bloque de hielo estaba sumergido! La conversación filtrada y publicada en distintos medios de comunicación muestra qué tan profundo es el problema. Privados concertando pagos con funcionarios de instituciones como Servicio de Impuestos Internos y la Comisión para el Mercado Financiero evidencia, por un lado, la debilidad institucional y, por otro, el poco respeto que algunos chilenos tienen por el Estado de Derecho.
Jactarse de haber pertenecido a un grupo clandestino de un partido de gobierno tampoco ayuda, y menos en un contexto donde otro partido de gobierno está envuelto en problemas de corrupción.
Con razón indicadores que miden democracia y transparencia alertaban de que algo estaba pasando. Los cambios en el índice de democracia publicado por The Economist y un índice de percepción de corrupción intacto desde 2017 debieron habernos alertado, es más, el gobierno debió haber considerado este asunto como prioritario en su programa. Ganaron una segunda vuelta electoral con promesas de combatir el crimen organizado. Bueno, si no se cierra la puerta a la corrupción, va a ser muy difícil y los esfuerzos del Fiscal Nacional encontraran un camino cuesta arriba.
La corrupción es una puerta que, de abrirla, lo que viene es un tornado que puede terminar sacándola de cuajo y contribuyendo al avance de una amenaza que el fin de semana nos sorprendió con secuestros extorsivos y homicidios.
Por definición el crimen organizado necesita al Estado para desarrollar su actividad criminal. Cualquiera sea el giro del negocio ilegal, siempre se requiere de algún funcionario o agente del Estado que haga la vista gorda o informe sobre controles y fiscalizaciones. Si pensábamos que en Chile estábamos lejos de esto, el audio del connotado abogado hace pensar lo contrario.
El Presidente, sus ministros, subsecretarios y todas las autoridades de turno deben condenar con la misma dureza todos los actos de corrupción que se han informado. No importa de quién se trate ni la relación que se tenga con ellos. Su deber es velar por el Estado de Derecho, por la fortaleza de las instituciones y la democracia. Todos, extremadamente necesarios en el combate a nuestra principal amenaza: El crimen organizado.
Éste, ha podido avanzar en países como México, Colombia o Brasil gracias a la corrupción que existe en ellos. Los problemas de seguridad son el signo de su avance y la manera en que se expresa. Mientras haya corrupción, estará la oportunidad y, sin duda, alguno de los distintos grupos criminales la tomará. Llegó la hora de mostrarse firme y pararse del lado de Chile.
Pilar Lizana
Investigadora AthenaLab
Fuente: El Líbero
