Como bien dice John Griffiths Spielman en “Visión de la defensa nacional de Chile al 2030” , la seguridad internacional actual está caracterizada por la competencia entre las grandes potencias, que se expresa en los ámbitos militar, económico, psicosocial, científico, diplomático, informático y tecnológico, para desarrollarse en tierra, mar, aire y ciberespacio.
A nivel regional, si bien en Sudamérica imperan los gobiernos de derecho, la institucionalidad y las voluntades por encontrar soluciones por el diálogo a los posibles puntos de fricción, el subcontinente no está libre de otras amenazas. Existe inquietud política en los pueblos, derivada de frustración por expectativas y promesas incumplidas por los gobernantes, así como por el cada vez más frecuente descubrimiento de casos de corrupción (que varían en su intensidad según el país considerado, pero que existe en todos).
A eso se agregan el crimen organizado transnacional y el narcotráfico (también de diferente nivel dentro de cada estado), que permean todas las fronteras y, en algunos casos, alientan la existencia de grupos armados insurgentes y ejércitos paralelos. Y cabría incluir la depredación de recursos naturales de los espacios marítimos de aquellos países con litoral costero por parte de buques de terceras banderas, y las derivaciones del cambio climático global. Estas son las principales amenazas a la seguridad para las naciones sudamericanas, y de Uruguay como parte del subcontinente.
El actual gobierno uruguayo viene enfrentando esas amenazas con todos los instrumentos del poder del Estado, no solo el militar, aunque sobre éste recae el mayor peso del esfuerzo. Desde la conducción superior (Poder Ejecutivo) se ha intentado recuperar la capacidad militar, con una mejora de las retribuciones personales y con la adquisición de algún equipamiento usado, pero en buenas condiciones operativas. Sin embargo, ese apoyo ha sido muy magro, producto del enorme costo que está significando para las arcas fiscales sostener una estructura social y laboral profundamente afectada por la pandemia de Covid-19 (siendo este, hoy, el principal desafía a la seguridad del país).
Francisco Valiñas*
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FRANCISCO VALIÑAS es Capitán de Navío (R), Armada de Uruguay. Licenciado en Sistemas Navales por la Escuela Naval, y diplomado de Estado Mayor General y de Estrategia y Política por la Escuela de Guerra Naval. Cursó otros estudios de postgrado en el Instituto Militar de Estudios Superiores y el en Centro de Altos Estudios Nacionales de Uruguay, en la Universidad Georgetown de EEUU, y en la Universidad Nacional de la República Popular China.
NOTA: Los conceptos vertidos en este análisis son de responsabilidad única del autor, y no de instituciones oficiales o gubernamentales de la República Oriental del Uruguay.
