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COLUMNA | El primer cuarto de siglo
Aspirar a disminuir los homicidios no es una real aspiración, sino que, sólo una manera de medir acciones. El propósito debiese ser siempre construir Estado ¿para qué? Para que el futuro de Chile crezca libre y en paz.
2025, el año con que se cierra el primer cuarto del siglo XXI y empieza uno nuevo. Un año marcado por la elección presidencial y por la violencia que parece no darle tregua a Chile. La supervivencia del Estado será el gran desafío. Doblarle la mano al avance del crimen organizado, restablecer el Estado de Derecho donde se ha perdido y recuperar la soberanía en todo el territorio nacional. Una meta ambiciosa pero necesaria pues, de no avanzar en ella, corremos el riesgo de perder el control.
El 2024 se expresó violentamente, terminó con eso que decía la ministra Tohá de quebrar la tendencia al alza de los homicidios. Más bien, demostró todo lo contrario. Pensar que una nueva administración va a cambiar esa situación de manera radical es algo más bien ingenuo. Tal y como están las cosas, terminar con los homicidios de la noche a la mañana es una utopía, pero, aspirar a abordar el problema de manera responsable, con convicción y fuerza no lo es.
Este 2025 todos debemos trabajar a toda velocidad para hacernos cargo del fenómeno que está detrás del síntoma y en ese sentido, desafíos como, recuperar el control fronterizo, la soberanía y el control territorial, las cárceles, los puertos y tener tolerancia cero a la corrupción, deberían guiar nuestras acciones.
Proteger nuestra identidad nacional y devolverles a los chilenos la paz es fundamental. El que haya circulado por todas las redes sociales la imagen de Prat dibujada con drones sobre el cielo de Iquique es eso. Miramos a nuestros héroes porque encarnan los valores que necesitamos para volver a tener el control. Sobre ellos se construyó Chile y como una luz brillante en la oscuridad deben guiar la continua construcción del Estado.
Aspirar a disminuir los homicidios no es una real aspiración, sino que, sólo una manera de medir acciones. El propósito debiese ser siempre construir Estado ¿para qué? Para que el futuro de Chile crezca libre y en paz.
Lograr esto es mucho más que disminuir las muertes. Es, hacerse cargo desde el inicio de la vida hasta el final. Es, preocuparse de que en Chile nazcan más niños, que sus madres tengan más oportunidades de desarrollo, que ninguno de ellos quede fuera del sistema ni sea víctima de grupos criminales y que puedan disfrutar la vida libremente. Es, seguir construyendo el Estado ejemplo de América Latina.
Han sido años difíciles, pero eso no debiese desalentarnos, sino que, debiese darnos fuerza para seguir adelante. Si la vida fuera una regla de 30 centímetros, estaríamos viviendo dificultados en el centímetro 15, pero la regla tiene 29 centímetros más de oportunidades.
Que el problema, por muy complejo que se vea, no nuble el panorama. Cerremos el cuarto de siglo aprendiendo de los errores, reconstruyendo confianzas y sembrando, para que, quien nos lidere al inicio de un nuevo cuarto de siglo, cuente con todas las herramientas que necesite para seguir construyendo Chile.
Hoy estamos hablando de que los niños que nazcan este año podrán ver el inicio del siglo XXII, su desafío será lidiar con una tecnología que avanza a una velocidad impensada, conocerán otro mundo uno, cuyo éxito dependerá de las semillas que se siembren hoy.
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Investigadora senior
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