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COLUMNA | Los desafíos de seguridad del 2025
No es que Carabineros no quiera hacer su trabajo, pero no tienen la gente ni los recursos que ello exige. No es entendible el presupuesto que el gobierno asigna, más aún cuando indican que para ellos es una prioridad, pero que no llega más allá que un slogan sin contenido.
Tengo la suerte de que esta columna semanal caiga en un miércoles 1 de enero y por ende ser uno de los que inaugura el 2025.
Lamentablemente las más recientes encuestas confirman que el tema de la delincuencia y los fenómenos criminales complejos son la preocupación principal de los chilenos, pero más preocupante aún es que se da en un escenario político altamente conflictivo, que se verá más exacerbado de lo que está por los procesos electorales que tenemos por delante en el 2025, lo que hace que su solución sea más difícil que en otros escenarios menos crispados.
La solución también se ve compleja porque el gobierno no está logrando resultados, sea por su incapacidad, porque no se dejan ayudar por expertos, y porque también, y corresponde decirlo, porque la derecha no necesariamente ayuda en la búsqueda de soluciones, transformándolo en un tema político electoral.
Lo he indicado anteriormente, a la derecha le conviene encontrar un escenario de seguridad más resuelto en marzo de 2026. Doy por sentado que será gobierno en marzo de ese año, y espero que además sea con mayoría parlamentaria. Le conviene porque cuando son gobierno la historia más reciente indica que la izquierda sale a la calle, lo que produce problemas de orden público, los que se suman a los de seguridad que ya tenemos.
Boric no ha tenido protestas callejeras ni desórdenes que distraigan la atención de Carabineros, los que de tener que hacerlo, no serían capaces de atender los problemas de delincuencia o de criminalidad compleja que nos azota en la mayor parte de Chile.
Carabineros en un hecho confirmado, no está atendiendo buena parte de la Región Metropolitana, descansando en las direcciones de seguridad comunales, las que actúan como que fueran policías, pero sin tener las atribuciones, entrenamiento y equipamiento que ello exige.
No es que Carabineros no quiera hacer su trabajo, pero no tienen la gente ni los recursos que ello exige. No es entendible el presupuesto que el gobierno asigna, más aún cuando indican que para ellos es una prioridad, pero que no llega más allá que un slogan sin contenido. Sí preocupa que Carabineros no esté cumpliendo con su rol constitucional de asegurar y garantizar el orden y la seguridad en el territorio nacional, y que a nadie le llame la atención o que ninguna autoridad parlamentaria acuse al gobierno por este incumplimiento constitucional.
Claro que ha habido buenos avances como han sido la ley Nain Retamal, o la anti-usurpaciones, o la antiterrorista, pero hay otros frentes como la inteligencia en donde no ha habido avances, siendo ello quizás lo más necesario e inmediato a resolver. El Ministerio de Seguridad Publica, de estar listo y operativo en el 2025, no va a producir resultados y menos lo hará si no se corrigen los problemas e inconsistencias con las que nace, las que son relevantes en sí mismas, pero principalmente porque los recursos humanos y organizaciones asignadas son las mismas que existen actualmente, y que de no mediar mejoras que las hagan más efectivas y eficientes, o bien se les asignen más personas y recursos monetarios, vamos a ver resultados iguales, sino peores que los que observamos actualmente.
Me he cansado de decir en cuanto medio y foro existente, que sin una estrategia de seguridad publica las cosas no van a cambiar, y que dejarlo como una de las tareas del futuro ministerio de Seguridad es no entender que el problema lo tenemos ahora, y que no se resuelve con una iniciativa del tipo “Calles sin violencia”.
Evidentemente también tenemos problemas en las fronteras, en las cárceles, en el seguimiento del dinero ilícito, y con los movimientos insurgentes terroristas mapuches que operan en la Macrozona Sur, los que nos distraen recursos del combate a la delincuencia y organizaciones criminales. Evidentemente unos y otros están asociados y relacionados, y por ello es clave tener una estrategia que se haga cargo del todo, y no simplemente listados de acciones todas importantes, por cierto, pero que no necesariamente son resueltas si es que no se entienden y atienden con partes del todo, algo que sólo una estrategia de seguridad pública para Chile puede hacer.
Para cerrar, y es hora de entender, que sin estrategia no vamos a lograr resultados, pero tampoco los vamos a lograr si no destinamos una mayor parte del presupuesto al combate del crimen y la delincuencia, si es que no tenemos más Carabineros, PDI y fiscales. Eso lo tiene que entender tanto el gobierno como la derecha. Más de lo mismo no va a producir resultados.
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Vicepresidente AthenaLab
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