El Mostrador, 26 de noviembre 2021
La Constitución no distingue entre Kast y Boric cuando se trata del uso de las instituciones y en eso es bastante sabia. Es muy clara en los roles y propósitos de la Defensa Nacional y de las instituciones que la componen. Teniendo claro que es muy poco probable que uno u otro candidato, al ser elegido, se vaya a escapar con los tarros y se salte las normas constitucionales, ello no quiere decir que las Fuerzas Armadas se lo vayan a permitir. Las FF.AA. son disciplinadas, obedientes y no deliberantes y, por sobre todo, son obedientes a la Constitución y no van a seguir instrucciones no constitucionales, vengan de quien vengan.
He escuchado a personas decir que no van a votar por José Antonio Kast porque va a gobernar usando a las Fuerzas Armadas para todos los males que nos afectan, y en particular para fines de seguridad interior en la Macrozona Sur, mantener el orden, controlar el crimen transnacional, narcotráfico y el resguardo de las fronteras, con el fin de evitar la fuerte inmigración que hemos experimentado en años recientes y que tiene su origen en el Estado fallido de Venezuela.
Lo que Kast pueda o no hacer con las FF.AA. no es más de lo que la Constitución le permita y que actualmente esta regulado por lo referido a los Estados de Excepción Constitucionales, y que tiene extrema claridad de cuándo y cómo se pueden usar, quiénes los deben autorizar y los plazos que rigen para estos fines.
La Constitución no distingue entre Kast y Boric cuando se trata del uso de las instituciones y en eso es bastante sabia. Es muy clara en los roles y propósitos de la Defensa Nacional y de las instituciones que la componen, y que no son otros que la protección y resguardo del interés nacional donde sea que esté ubicado, pudiendo en forma excepcional estar el interés nacional ubicado en territorio nacional producto de las catástrofes que nos afectan, o cuando las fuerzas policiales se ven sobrepasadas por la violencia de personas que tienen intereses distintos al Estado y Nación chilena.
Los antiguos constituyentes, y espero así lo sean los nuevos, siempre han buscado regular muy bien el uso de las Fuerzas Armadas, pero por, sobre todo, el mal uso que eventualmente el Ejecutivo de turno pueda hacer de ellas. Ello, porque se busca evitar que las usen para perpetuarse, o grupos de interés traten de capturarlas o neutralizarlas para acceder al poder.
En lo anterior no hay nada nuevo, lo tenían claro los romanos cuando establecieron que las legiones no podían cruzar el río Rubicón, y lo tenían tan claro que Julio César violó esa norma cuando se hizo del poder y dio fin al periodo de la república.
Teniendo claro que es muy poco probable que uno u otro candidato, al ser elegido, se vaya a escapar con los tarros y se salte las normas constitucionales, ello no quiere decir que las Fuerzas Armadas se lo vayan a permitir. Las FF.AA. son disciplinadas, obedientes y no deliberantes y, por sobre todo, son obedientes a la Constitución y no van a seguir instrucciones no constitucionales, vengan de quien vengan.
La percepción de orden y disciplina de Kast viene dada por su imagen e historia, y lo contrario aplica quizás a Boric, pero para ambos aplica que otra cosa es con guitarra, y esta guitarra no se deja tocar, a no ser que se tengan los permisos y autorizaciones que se exigen.
Para terminar, expreso mi preocupación por el uso extendido de las Fuerzas Armadas en la Macrozona Sur, algo que es legal conforme lo autorice el Congreso, pero que es inefectivo si no va acompañado de acciones sociales, económicas, políticas y policiales que corrijan los problemas de fondo. El tener FF.AA. desplegadas en la zona quizás neutraliza los efectos, pero no corrige los problemas.
Richard Kouyoumdjian
Vicepresidente AthenaLab
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