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Ojo con la siempre en guardia Canadá

23 de noviembre de 2022
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Ojo con la siempre en guardia Canadá

El Mercurio, 19 de noviembre de 2022

De un tiempo a esta parte se ha vuelto común escuchar el nombre de Canadá como referente en distintos ámbitos. Desde el Presidente Gabriel Boric hasta altos funcionarios de la Cancillería mencionan a este país y en la encuesta de AthenaLab/IPSOS 2022 hizo su aparición entre las menciones espontáneas de los chilenos como un posible modelo.

Quizás por eso resulta oportuno mirar más de cerca el enfoque exterior de Canadá bajo el actual gobierno del Primer Ministro Justin Trudeau, quien se apresta a lanzar una esperada estrategia hacia el Indo-Pacífico, sumándose así al gran grupo de naciones que han adoptado este marco de referencia.

En un adelanto de la estrategia, la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, describió a China como una “potencia global cada vez más disruptiva”, en un cambio de tono notorio respecto a años anteriores, cuando se evitaba antagonizar con la segunda economía mundial.

Joly también anunció que Canadá —y aquí vienen las oportunidades—, buscará lazos más profundos con países democráticos y confiables, como India, en una mayor diversificación política y económica de sus lazos.

Si bien la ministra aclaró en la Universidad de Toronto que seguirán comerciando con el país asiático y cooperando en la medida de lo posible, sostuvo que el gobierno está dispuesto a desafiar a Beijing cuando sea necesario, por ejemplo, en materia de derechos humanos y respeto a las reglas internacionales. Esto quedó refrendado en el áspero diálogo captado entre Trudeau y el Presidente chino Xi Jinping, al margen de la cumbre del G20 en Indonesia.

Lo cierto es que esta nueva actitud de Canadá, ya se encuentra en plena ejecución. En estas últimas semanas, el Primer Ministro acusó a China de interferir en la democracia de su país, por financiar de forma encubierta a candidatos a las elecciones federales de 2019, y su gobierno ordenó a empresas chinas liquidar su participación en la minería del litio, argumentando razones de seguridad nacional.

Sin duda, se trata de una apuesta arriesgada y Australia puede contarle los efectos que tuvo antagonizar con China para su sector exportador. Hay que tener en cuenta que Canadá es una potencia mediana que hasta ahora ha tenido una aproximación algo similar a la de Chile al mundo, lo que se explica por el hecho de que depende del comercio internacional para su crecimiento económico, tiene inmensos territorios que vigilar, vastos recursos naturales, comparte una larga frontera con un vecino y cuenta con presencia en un polo.

En su inserción, el país norteamericano ha apoyado de forma decidida el multilateralismo, fomentando el respeto de la legalidad internacional y promoviendo el libre comercio. No obstante, y aquí la diferencia, ha dado un lugar muy importante a la seguridad, asumiendo que es un prerrequisito para el crecimiento y desarrollo. Desde Vimy Ridge hasta Kandahar o el estrecho de Taiwán, en estos días, son muestra de su aporte concreto.

De alguna medida, la innovación de la política de Canadá fue asumir que la seguridad del país depende de la seguridad de otros en un mundo interconectado. Sus líderes consideran que el interés nacional del Canadá cruza con los intereses nacionales de otros estados. Definida ampliamente, la seguridad nacional de Canadá es la seguridad global. Si se van a obtener beneficios del mundo, lo mínimo es contribuir a su estabilidad y reducir vulnerabilidades. Así como se prioriza la búsqueda de alianzas, no se tendrá temor enfrentar las amenazas detectadas.

A pesar de la tragedia de la guerra en Ucrania, el lugar donde la seguridad global se está jugando hoy es el Indo-Pacífico y hacia esa macro región es donde apuntará la estrategia de Canadá que se dará a conocer en diciembre. Sería conveniente que el Presidente Boric y su equipo la lean con detención una vez que se publique, porque Trudeau, con quien mantiene una aparente cercanía, está indicando un camino donde hay que conjugar todos los factores (comercio, seguridad y diplomacia) para navegar en sus aguas turbulentas y donde las sociedades entre países afines (en intereses y valores) deberían llevar la delantera.

Juan Pablo Toro V.
Director Ejecutivo AthenaLab

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