El Líbero, 22 de marzo 2024
El caso fundaciones ha puesto en entredicho al gobierno, el teléfono de Hermosilla al SII, la PDI y quién sabe a cuántos más, el allanamiento a las oficinas de la fiscalía de Los Ángeles al Ministerio Público y el Juez Urrutia al Poder Judicial.
Cuando se pierde la confianza la democracia está en riego. El debilitamiento de la institucionalidad sólida que nos protege y asegura la permanencia del Estado es el signo de ello. El caso fundaciones y el teléfono de Hermosilla la materialización de lo anterior. Un panorama ideal para el avance del crimen organizado que instalado en campamentos va corroyendo a Chile.
Mucho se habla del desacople entre datos objetivos y subjetivos de seguridad, sin embargo, debiésemos estar conversando sobre el desacople entre percepción ciudadana y acciones del gobierno para combatir crimen organizado, es decir, confianza en las autoridades.
Confianza es, según la RAE, la esperanza firme que se tiene en alguien o algo. Esperanza que en Chile pareciera esfumarse. El caso fundaciones ha puesto en entredicho al gobierno, el teléfono de Hermosilla al SII, la PDI y quién sabe a cuántos más, el allanamiento a las oficinas de la fiscalía de Los Ángeles al Ministerio Público y el Juez Urrutia al Poder Judicial. Todos, instituciones y servicios fundamentales.
Chile se ha construido sobre el esfuerzo de siglos que ha logrado levantar a un Estado que por décadas era una excepción en una América Latina marcada por la corrupción y la violencia. Hoy, el panorama es distintos. Cada vez nos acercamos más a esas realidades que por años se dijo ocurrían en otros países. Nos quisimos parecer a Finlandia, Dinamarca o Suecia, mirábamos el modelo europeo y discutíamos sobre cuál era el mejor para el futuro de Chile. Pero, nos olvidamos de que dos de nuestros vecinos son grandes productores de drogas, de que la frontera norte tiene una altísima porosidad que es aprovechada por migración ilegal y crimen organizado y de que contamos con una infraestructura portuaria sumamente atractiva para quienes buscan enviar grandes cargamentos de droga a Asia y Europa.
La clave para que Chile se acerque más a los países nórdicos y menos a los latinoamericanos es la confianza y el resguardo institucional. Todos quienes sirven al país deben contribuir a proteger su institucionalidad y quienes nos lideran deben restaurar la confianza.
Sin duda que la seguridad es una urgencia, sin embargo, el problema de fondo tiene que ver con la consolidación del Estado, sus instituciones y el Estado de derecho. Sin ello los casos como los mencionados se seguirán acumulando. Así como se requiere voluntad y mano dura para combatir el crimen, se necesita lo mismo para asegurar la probidad institucional. Separar a la persona de la institución, sancionar a la persona y proteger a la institución.
Las especulaciones sobre redes de corrupción de cuello y corbata realizadas por la vocera son gravísimas y requieren del mayor cuidado. Pues el problema necesita de un tratamiento serio y responsable. Las autoridades deben ser ejemplo de ello y no caer en ambigüedades. De lo contrario, falta comprensión de la amenaza y nos aleja cada vez más de esos países europeos a los que queremos parecernos.
Pilar Lizana
Investigadora senior AthenaLab
Fuente: El Líbero
Temas relevantes
No te pierdas ninguna actualización
Suscríbete a nuestro newsletter de forma gratuita para mantenerte informado de nuestros lanzamientos y actividades.
Suscribirse