El Líbero, 24 de mayo 2024
Son mucho más que personajes que nos recuerdan triunfos o derrotas, son quienes encarnan nuestros valores patrios, esos que se les inculcan a los niños desde pequeños, esos mismos que muchas veces se pierden entre tanta ideología.
Diez minutos pasados el mediodía del miércoles 21 de mayo se recordó el hundimiento de la corbeta Esmeralda y con él los valores y heroísmo que encarnaba Arturo Prat. Héroe de Iquique que ha trascendido nuestras fronteras hasta ser reconocido por los japoneses, como un representante más del código Bushido ese, que les exigía a los samuráis, lealtad y honor hasta su muerte. Tanto es así que el busto del Capitán Prat se encuentra en la entrada de la Academia Naval de Japón, junto al de los Almirantes Togo y Nelson, como una forma de rendir tributo a quienes consideran los tres máximos héroes navales.
Ese heroísmo, lealtad y honor por la patria son fundamentales en la identidad y cohesión institucional. Más allá de los gobiernos de turno, la Marina se debe a Chile. Por él invierte y crece.
En ese sentido, destacó en el discurso de su Comandante en Jefe la aprobación del proyecto que aumenta el personal de litoral y que le permitirá a la Armada contribuir a asegurar nuestras fronteras. La policía marítima cumple un rol clave en el combate contra el crimen organizado en el mar y, en un momento donde esta amenaza es creciente en el país es aún más relevante su fortaleza.
Otro hito importante tiene que ver con la entrega del nuevo rompehielos Almirante Oscar Viel, construido en los astilleros nacionales y que con su moderna tecnología se incorporará a un trinomio antártico que velará por el cuidado y el desarrollo del territorio chileno en el continente blanco.
El compromiso de la Armada es con Chile y sus marinos son formados para honrar ese compromiso. Juran a la bandera defender a su país y se transforman, junto a las demás ramas de las Fuerzas Armadas, en el repositorio de la identidad nacional.
Esos esfuerzos en materia de personal y capacidades son herramientas clave para materializar su compromiso y posicionar, la imagen de Chile, en todas las latitudes. Vivimos en un momento donde la amenaza tradicional de un conflicto interestatal ha sido eclipsada por la urgencia que plantean los grupos de crimen organizado llevando a muchos a pedir reenfocar esfuerzos para que el instrumento militar combata en territorio nacional a estos criminales transnacionales.
Sin duda que la Defensa puede contribuir en estas materias, proteger la soberanía y la integridad territorial es su misión constitucional. Sin embargo, no es posible mirar a las FF.AA. sólo como esa herramienta a la que echar mano en momentos difíciles. Los héroes de guerra son mucho más que personajes que nos recuerdan triunfos o derrotas, son quienes encarnan nuestros valores patrios, esos que se les inculcan a los niños desde pequeños, esos mismo que muchas veces se pierden entre tanta ideología.
A Chile llegaron ingleses, españoles, alemanes, etc., pero, son esos soldados los que permitieron construir la patria y hacernos llamar chilenos. Pueblos extranjeros y originarios, encarnados en esos héroes, son los que año tras año reviven los valores patrios y nos hacen sentir orgullo de nuestra historia.
Pilar Lizana
Investigadora senior AthenaLab
Fuente: El Líbero
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