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COLUMNA | ¡Esto es mucho más que droga!
Ropa, cigarrillo, combustibles y hasta productos agropecuarios comparten las mismas rutas y cadenas logísticas que las armas, la droga y las personas, lo que viene a completar un catálogo de actividades económicas criminales.
Uno de cada dos cigarrillos que se fuman en Chile provienen del contrabando, más de USD$ 1.000 millones anuales se dejan de recaudar debido a ese negocio ilícito, Bolivia se ha transformado en un hub para su expansión y en Paraguay comienza la ruta ilegal de los cigarros. ¿Por dónde llegan a Chile? Por el mismo lugar que entran todos los productos ilegales: La frontera norte; ¿qué hay detrás de esto? Una organización criminal transnacional.
Sudamérica se ha caracterizado por actividad criminal impulsada por grandes carteles de la droga que con la violencia asociada al negocio ponen en jaque a los Estados, pero la droga no los es todo y hoy el Cono Sur se está viendo amenazado por la creciente actividad económica ilícita proveniente del contrabando de diversos bienes: ropa, cigarrillo, combustibles y hasta productos agropecuarios que cruzan las fronteras de Chile, Bolivia y Perú. Comparten las mismas rutas y cadenas logísticas que las armas, la droga y las personas y vienen a completar un catálogo de actividades económicas criminales que unen a los países sudamericanos a través de una red delictual que no respeta al Estado, sus leyes ni instituciones.
Las asociaciones gremiales de comercio tienen bastante clara esta situación, por eso, la Cámara Nacional de Comercio lanzó una campaña contra el contrabando y el comercio ilícito, sin embargo, el gobierno sigue gastando sus esfuerzos en bajar la violencia, abordando sólo la forma y no el fondo: Un negocio ilegal que recurre a todas las herramientas necesarias para hacer crecer esa empresa criminal que tanto poder económico genera. De eso hay que hacerse cargo, del negocio ilícito.
Para que esos cigarros de contrabando lleguen a venderse en la calle, quioscos o ferias libres existe una cadena completa desde la producción hasta la distribución, además de un mercado altamente competitivo compuestos por grandes organizaciones, grupos medianos y menores que prestan servicios y profesiones habilitantes que desde el mundo legal trabajan para el ilegal. De eso es de lo que se tienen que hacer cargo las estrategias de seguridad contra el crimen organizado. La baja en los índices de violencia será la consecuencia de abordar el fondo.
Perseguir la ruta del dinero, algo de lo que se habla bastante seguido, pero vemos pocas acciones que lo hagan realidad. Si por territorio nacional circula droga, armas, personas, contrabando y más, la pregunta es dónde termina todo ese dinero ilegal. De alguna manera utilizan al sistema financiero para sacarlo del país, también lo blanquean a través de servicios o lo transan mediante criptoactivos.
El Estado y el gobierno son los llamados a entregar las respuestas, pero en ese camino, escuchar y trabajar en conjunto con los privados es algo que debiese fomentarse. Su conocimiento e información son una importante contribución. Conocen el mercado mejor que nadie y tienen claridad sobre el impacto de las políticas públicas en la industria y el comercio. Dejarlos fuera es un error igualmente importante como el no abordar el fondo y sólo la forma del problema.
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Investigadora senior
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