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COLUMNA | La amenaza del fuego

Con 493 funcionarios a lo largo de Chile y sólo 18 en cada una de las regiones salvo la Metropolitana, el Senapred está ampliamente sobrepasado.

10 de Enero de 2025 El Líbero Pilar Lizana
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COLUMNA | La amenaza del fuego

Las estrellas de Hollywood dejando sus casas amenazadas por el fuego en California vienen a recordarnos las vulnerabilidades de los países frente a esta amenaza. Sí, amenaza, pues los incendios son cada vez menos accidentales y más intencionales. Tanto así que la industria maderera del sur de nuestro país identifica dos amenazas que atentan contra su supervivencia: el fuego y el robo de madera.

Somos un país de terremotos, inundaciones, tsunamis, pero, también de incendios. Mientras el invierno boliviano causa estragos en los poblados del norte, la historia reciente nos dice que el fuego hace lo propio en el sur. La conclusión obvia, una planificación preventiva que permita preparar la respuesta del país frente a los desastres.

Más de 240 mil millones de pesos costó la reconstrucción y recuperación del incendio de 2017, conocido como “la tormenta de fuego”. En 2023 una nueva temporada consumió casi un 75% de lo quemado en 2017 y, en 2024 el fuego arrasó con centros poblados en Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache. Del mega-incendio de Viña aún se contabilizan damnificados sin recibir una solución, mientras que las peticiones de plan de incendios para Viña de la alcaldesa Ripamonti terminaron por sacar al director de Senapred quien recorrió los medios de comunicación visibilizando el problema de recursos y medios de un servicio que debiese ser fundamental para el país.

El fuego en Chile es una amenaza. Intensional, mortal y violento, los incendios nos recuerdan la vulnerabilidad de un país caracterizado por el desastre y, por levantarse inmediatamente después de él.

En seguridad, las medidas reactivas son necesarias cuando el problema ha superado las barreras que instala la prevención. En materia de incendios es lo mismo. Si sabemos que más del 90% del fuego es intencional, los planes preventivos deben estar en constante implementación y mejora.

En ese contexto, el Senapred aparece como un servicio fundamental, pero, la realidad muestra lo contario. Con 493 funcionarios a lo largo de Chile y sólo 18 en cada una de las regiones salvo la Metropolitana, el servicio está ampliamente sobrepasado. La falta de recursos humanos y presupuestarios dificulta la prevención y la poca integración y accountability de los demás ministerios y gobiernos locales dejan al servicio muy vulnerable en su rol coordinador.

El mega-incendio de Viña demostró que los nuevos tipos de incendio, los de interfase, serán cada vez más comunes y que los incendios de 6º generación podrían ser la pauta en el futuro.

Así, un país como Chile no puede estar enfocado en el presupuesto de emergencia. Debe diseñar con urgencia una política de Estado en materia de catástrofes, basada en la resiliencia institucional y elaborada en una fuerte alianza con la sociedad civil y los privados.

Los esfuerzos como la red nacional de comunidades resilientes son fundamentales, desde ahí nace una prevención integral y coordinada, de lo contrario nos quedaremos en el combate, algo que está medianamente controlado, pero que llega cuando el daño ya está hecho.

Sobre el autor

Investigadora senior AthenaLab

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