Columnas
OPINION | Minerales críticos para la Defensa
Chile dispone de gran parte de los minerales críticos para la Defensa (tierras raras incluidas), lo cual solo enfatizará su importancia en la cadena global de suministros; con sus presiones geopolíticas asociadas.

Escuadrón de F-35 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en demostración en Arizona.
Existe un consenso cada vez mayor en cuanto a que el mundo parece vivir una época de preguerra, similar a la de la década de los años 30 del siglo pasado. En este escenario, un sector parece verse beneficiado en términos absolutos: la industria de Defensa. Los países están dotándose de herramientas para sobrevivir y adelantar objetivos en la arena de competencia entre Estados. Al pensar trágicamente para evitar la tragedia, como dirían los realistas, hoy se invierte en fuerzas armadas.
Como consecuencia de las guerras de Rusia-Ucrania y Medio Oriente, de la posibilidad de un conflicto entre China y sus vecinos y del repliegue aislacionista de Estados Unidos, cientos de miles de millones de dólares, euros, renminbis, yenes y rupias se están canalizando hacia pedidos que incluyen tanques, cazas, fragatas, drones, misiles y municiones. La Unión Europea, por ejemplo, creó un fondo de 800.000 millones de euros para rearmarse; China aumentará su gasto militar en 7,2% este año y Japón se encuentra duplicando su presupuesto militar.
En particular, la invasión ilegal y no provocada de Vladimir Putin, que entró en su cuarto año, vino a recordar que las cantidades siempre son importantes, dejando a un lado la fascinación por las plataformas futuristas. Emplear, consumir, reponer y volver a emplear…
Hasta ahora, cuando se habla de minerales “críticos” o “estratégicos” se suele hacer en función de su uso para la transición energética con el fin de descarbonizar las economías para mitigar el cambio climático. Sin embargo, la volátil situación internacional debe hacer pensar también que hay minerales que son indispensables para los sistemas de armas y municiones. Ya en 2017, cuando no había grandes guerras, el Pentágono utilizaba unas 750.000 toneladas anuales de minerales para tecnología militar.
Existen distintas interpretaciones sobre la condición “crítica” o “estratégica” de un mineral, la que surge de una cruza de varios factores. Entre ellos, destaca su valor económico presente y futuro, relacionado directamente con su demanda proyectada; concentración o dispersión geográfica de los yacimientos; y riesgos físicos asociados a la cadena de suministro específica. De hecho, los países definen criterios, no siempre iguales, para elaborar listas.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos divulgó unas infografías que muestran de forma muy didáctica los distintos minerales que contienen un tanque de batalla estándar, un avión de combate y una fragata. Aluminio, cobalto, hierro, litio, molibdeno, manganeso, plata, tierras raras y zinc, entre otros, aparecen en cascos, propulsión, armas y sensores.
Entonces, es posible inferir que, ante una mayor demanda global hacia las industrias de Defensa para satisfacer los pedidos de los países, se agudizará la búsqueda por contar con accesos garantizados y confiables a estos minerales, cuyo carácter “estratégico” se refuerza doblemente por el propósito último que tienen.
En medio de la guerra comercial iniciada por el Presidente Donald Trump, China ha respondido bloqueando la exportación de tierras raras a Estados Unidos, las que se procesan en imanes necesarios para energizar cazas de última generación o mover las aletas de misiles guiados para dar en el blanco. Mientras la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dio a conocer una lista con 12 minerales clave para la industria militar.
Por sus características geológicas, gran parte de los elementos de la tabla periódica se encuentran en Chile (Ver documento “Chile frente a la geopolítica de los minerales críticos: litio, cobalto y tierras raras”). El hecho de disponer de minerales críticos para la Defensa (tierras raras incluidas) solo enfatizará su importancia en la cadena global de suministros; con sus presiones geopolíticas asociadas. Por fortuna, aún se producen más autos que tanques. Pero mientras un sedán tipo pesa 1.500 kilos, un tanque pesado estándar está entre 55 y 65 toneladas. Polonia, por ejemplo, compró 180 carros de combate surcoreanos Panther K2 y se espera que compre 180 más. Entonces, a sacar las cuentas. Quizás alguien en Expomin debería hacerlo la próxima semana.
Juan Pablo Toro, director ejecutivo AthenaLab
El Mercurio, página A5, 17 de abril de 2025
Sobre el autor
Director ejecutivo de AthenaLab


No te pierdas ninguna actualización
Suscríbete a nuestro newsletter de forma gratuita para mantenerte informado de nuestros lanzamientos y actividades.
Suscribirse