Chile reclamará territorio submarino entre Rapa Nui y el continente

En una decisión que apunta a extender la superficie del país, el gobierno del presidente Sebastián Piñera anunció en los próximos se presentará ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de Naciones Unidas por la plataforma continental extendida de Rapa Nui, y que comprende además la de Salas y Gómez.

“Nuestros estudios han demostrado que los movimientos de la Placa de Nazca, durante millones de años, han creado una cadena montañosa de volcanes, similar a las elevaciones de la Cordillera de Los Andes. Esta cadena montañosa hoy conforma el fondo marino de esa zona y constituye la plataforma continental de la isla Salas y Gómez, que supera las 350 millas marinas y que podría extenderse hasta las 700 millas marinas”, explicó el mandatario el pasado jueves.

La reclamación se producirá gracias a trabajos científicos realizados desde 2009 por la Armada de Chile. Este proceso concluyó en 2016, cuando se entregaron los resultados a la Unidad de Plataforma Continental de la Dirección de Fronteras y Límites de Cancillería (Difrol).

De acuerdo con la Cancillería, la Plataforma Continental Extendida en la Provincia de Isla de Pascua podía superar las 350 millas y llegar incluso a las 700 millas náuticas. Es decir, una superficie de 550.000 km².

 “Desde el punto de vista geopolítico el país inicia su extensión en una gigantesca superficie y esto acarrea una gran responsabilidad para proteger ese territorio, para conservar la riqueza de su biodiversidad, de la vida marina que ahí existe, pero también les entrega las posibilidades a los países de seguir ejerciendo su soberanía para, en definitiva, realizar todas las exploraciones que estimen convenientes”, sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand el jueves.

A pesar de la importancia del anuncio, es claro que se produce en un contexto marcado por las pretensiones de Argentina sobre la plataforma continental, que como hemos dicho, pasa a llevar territorios actualmente bajo soberanía de Chile y, además, interfiere con un tratado vigente al efectuar reclamaciones de soberanía al sur del paralelo 60°S, territorio regulado por el Tratado Antártico de 1959.

La pretensión argentina, que ha sido rechazada por Chile, bloquea la proyección de las líneas de base recta chilenas hacia el sudeste del punto “F” establecido en el Tratado de Paz y Amistad de 1984. En términos simples, impide la continuidad territorial de Chile en la natural proyección de la Región de Magallanes, desde el Cabo de Hornos y Diego Ramírez hasta el Polo Sur. Se trata de una media de 9.000 Km2.

A pesar de la urgencia que reviste este asunto, el presidente Piñera anunció que recién el próximo año Chile entregará a Naciones Unidas la presentación parcial de la Plataforma Continental Extendida del Territorio Antártico Chileno, “para fortalecer y resguardar nuestros derechos soberanos sobre el territorio chileno antártico y sus espacios marinos”.

Otro tema que no quedó claro en el anuncio presidencial son los medios que se asignarán para vigilar los nuevos espacios que se reclaman, algo similar a lo que sucedió durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, cuando se crearon los parques marinos protegidos.

De este modo, el incremento exponencial de los intereses marítimos de Chile no se condice con los recursos asignados para vigilarlos. A propósito, recordamos nuestro documento N°1 “Soberanía y seguridad marítima”. http://www.athenalab.org/wp-content/uploads/2020/06/athenalab_doc_1.pdf