Comentarios y Análisis
COMENTARIO | Chile: Ante la imperiosa necesidad de contar con una estructura de seguridad
Los desafíos de futuro nos demandaran menor emocionalidad y más racionalidad en la adopción de políticas eficaces en un contexto de mayor incertidumbre y de intensa disrupción.
Hablar de la seguridad, como concepto y noción de la disciplina de relaciones internacionales y estudios estratégicos, obliga a establecer algunas consideraciones:
- La finalidad de un Estado es el bien común y este se expresa en términos asegurar a los ciudadanos: seguridad, desarrollo y, como consecuencia de ambos, un adecuado grado de bienestar.
- El Estado desarrolla sus funciones inserto en un determinado “orden internacional” en el que enfrenta —con mayor o menor grado— los efectos de amenazas, riesgos y oportunidades, que lo impactan permanentemente, afectando dicha seguridad, desarrollo y bienestar. Hoy dicho orden se caracteriza por una competencia entre grandes potencias, siendo cada vez más incierto por la aceleración de las tecnologías y la aparición de fenómenos disruptivos cada vez mayores y en menores lapsos, que condicionan directamente el accionar de cualquier Estado.
- Adicionalmente, el Estado se ve enfrentado, entre otros, a los desafíos de los efectos del cambio climático, de desastres provocados por la naturaleza o bien por los efectos provocados por organizaciones criminales, que alteran el orden público y la seguridad de sus ciudadanos.
- En consecuencia, podríamos concordar que existe una dimensión externa y otra interna de la seguridad en todo Estado. Muchas veces ambas dimensiones muy relacionadas por la condición de amenazas trasnacionales y la cada vez mayor superposición e interrelación de ambas dimensiones.
Solo con las consideraciones anteriores, vale preguntarse si es necesario que un Estado cuente con un organismo o institucionalidad de seguridad, con la finalidad de sistematizar mejor la información a la que tiene acceso y como resultado lograr un mayor conocimiento para enfrentar y optimizar los correspondientes procesos de toma de decisiones en todo el espectro de sus obligaciones. No hacerlo es seguir confiando en la buena fortuna, sin previsiones y pagando altos costos por el nivel de improvisación, cuando se enfrentan los problemas ya desatados en estos ámbitos.
No es ningún secreto que la respuesta a lo anterior de las democracias más avanzadas, (entre otras Gran Bretaña, España, Francia, Japón y EE.UU.) ha sido la creación de un “sistema de seguridad nacional”, con su correspondiente arquitectura. En ella se consideran, el respectivo Consejo de Seguridad Nacional, su respectivo asesor de seguridad nacional, el organismo o coordinador del sistema de inteligencia nacional, de ciberseguridad entre otros.
El Consejo de Seguridad Nacional es en esencia político, liderado por el presidente o primer ministro, y conformado por sus ministros de Relaciones Exteriores, de Interior y de Defensa, el Asesor de Seguridad Nacional y cualquier otra autoridad que el Ejecutivo requiera. Las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad, así como el jefe nacional de los organismos de inteligencia concurren con la asesoría especializada y en consecuencia poseen derecho solo a voz y jamás a voto, que se restringe solo a las autoridades políticas.
Adicionalmente, este Consejo de Seguridad de funcionamiento permanente, se comporta como una organismo que puede prever y adelantarse a las crisis, y enfrentarlas de ser del caso con un proceso de toma de decisiones y herramientas más eficientes que ofrezcan al ejecutivo una mayor gama de alternativas. Debe coordinar e integrar a toda la maquinaria estatal para evitar la cultura de silos o chimeneas entre ellas.
¿Qué no es la seguridad nacional? La seguridad nacional no es la doctrina de seguridad nacional de los tiempos de Guerra Fría. Por lo que confundir las nociones es un grave error. No es un organismo que solo se convoca cuando existen problemas, ya que en esa instancia es tarde para encontrar soluciones. No es un fin en sí misma ya que integra, coordina y sistematiza todos los instrumentos de poder de un Estado, en forma eficaz y eficiente, ante amenazas cada vez más complejas e interrelacionadas.
¿Qué permite la seguridad nacional? Contar con un sistema que otorgue opciones para enfrentar las amenazas y riesgos, adelantándose a su impacto, así como también identificar oportunidades para el interés nacional. Visualiza escenarios probables, a nivel nacional, propone la estrategia de seguridad del Estado y coordina y orienta las estrategias sectoriales de relaciones exteriores, de defensa, de orden interno, de energía de ciber-seguridad, etc. Por cierto requiere del efectivo control del congreso asegurándose no comprometer jamás las libertades individuales y civiles. Ayuda a enfrentar los problemas, en forma más integrada y coordinada, disminuyendo la brecha entre la retórica, o la administración de problemas y su efectiva solución, dándole un sentido de política de Estado y no incubadas en lo sectorial, en donde su manejo es más limitado y con menos recursos.
Los desafíos de futuro nos demandaran menor emocionalidad y más racionalidad en la adopción de políticas eficaces en un contexto de mayor incertidumbre y de intensa disrupción. Es de esperar que Chile no deba pagar un alto precio, como lo han pagado otros Estados, antes de resolver adoptar una herramienta necesaria para su propia seguridad, desarrollo y bienestar. Una efectiva seguridad representa una ventaja competitiva en el actual escenario económico global, así como una garantía del cumplimiento del contrato social para proveer, seguridad, desarrollo y bienestar.
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