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ENTREVISTA | Una problemática transnacional: Cómo se configura el mapa de los homicidios en América Latina y dónde se ubica Chile

17 de Enero de 2022
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ENTREVISTA | Una problemática transnacional: Cómo se configura el mapa de los homicidios en América Latina y dónde se ubica Chile

Emol, 14 de enero 2022

Los recientes reportes en el país abrieron el debate sobre el nuevo tipo de delitos que se ha instalado, y aunque el fenómeno abre desafíos locales, también exigen colaboración internacional.

Ha sido el tema de la semana, pero es una preocupación latente. Enero de 2022 comenzó con un preocupante registro de homicidios en distintos puntos del país. El pasado domingo, un hombre disparó a otro en plena playa El Sol, en Viña del Mar; mientras que ayer, un hombre fue hallado muerto por disparos en la cabeza y atado de manos en Melipilla.

Estos casos son una mínima parte de una problemática que ha abierto una suerte de debate en la Fiscalía Nacional y el Gobierno, porque las cifras -o su interpretación- son distintas. Mientras el fiscal nacional Jorge Abott habló de un aumento de la tasa de homicidios del 3,5% a casi un 5%, desde Interior aseguran que el líder del Ministerio Público no consideró el año 2021, donde los homicidios bajaron un 25% respecto a 2020.

Sin embargo, Abbott más tarde volvió a reiterar que “la tasa de aumento de 2019 y 2021 es preocupante, pero reitero: no queremos ninguna polémica, para nada, al contrario, lo que queremos es ver cómo trabajamos juntos para abordar un tema que es particularmente grave y cada día está preocupando más a la ciudadanía”. Agregó que el estudio de homicidios consumados de la Fiscalía se actualizará, pero que de todas maneras “estas son las cifras que tenemos y no queremos decir que son absolutas o las únicas que puedan existir”.

Pero más allá de las cifras, “efectivamente es una situación preocupante, porque no sólo hemos visto muchos delitos, sino que también mucha violencia, mucho homicidio que tiene rasgos de ser ajustes de cuentas, como aquellos donde matan a una persona desde un vehículo en movimiento”, afirma Pilar Lizana, investigadora y experta en seguridad pública de AthenaLab, think thank dedicado al análisis e investigación en seguridad, defensa y relaciones internacionales.

La preocupación también radica en que “se trata de delitos nuevos, de hace dos o tres años”, lo que a juicio de Lizana desmuestra que el perfil del delito está cambiando y aunque aún no existe un patrón instalado de crímenes de homicidio por encargo, no descarta que pueda ocurrir en los próximos años.

Este fenómeno afecta a las instituciones y obliga a los tres poderes del Estado a trabajar en conjunto en respuestas más flexibles para abordarlos. Esto, para evitar el avance de la inseguridad y la afectación directa a la las familias, “porque éstas se quiebran cuando alguien ingresa a estos núcleos”.

¿Estamos camino al alza en Chile? Para Lizana siempre existen periodos donde hay incrementos o bajas, y no necesariamente porque hayamos visto este aumento, podemos hablar de una tónica. “Lo que sí preocupa es que llevamos muy poco tiempo de este año y ya tenemos muchos homicidios, por lo que hay que analizar en el tiempo cómo se va a ir comportando”, afirma.

Las múltiples causas de un fenómeno instalado

Para entender la configuración de este escenario hay que revisar múltiples factores y las características de cada país en aspectos como el rol del Estado, fortaleza de la democracia, de las instituciones, el riesgo social, su ubicación en el mapa y cuánto sirven a los grupos de crimen como puertos o pasos y, por supuesto, la globalización.

Según comenta Lizana, el fenómeno de la violencia en América Latina hoy está cada vez más consolidado y es prácticamente inevitable a raíz de la globalización, tal como ocurre en nuestro país. “Hoy día las personas están trasladándose de un lado a otro por distintas razones, entre ellas, porque hay algo que buscan que no está en su país y no podemos pensar que eso lo vamos a detener. Ahora bien, esto también puede traer consigo amenazas a la seguridad”.

Por otro lado, explica que los grupos de crimen organizado se aprovechan de la debilidad institucional de algunos países, allí donde el Estado pierde fuerza es donde logran penetrar e instalarse. “Se van relacionando con la comunidad, van consolidándose esos sectores y van manifestando su manera de actuar”.

De hecho, hay zonas de Latinoamérica donde es posible ver cómo estos grupos financian la construcción de parques, canchas o incluso escuelas, lo que finalmente se convierte en una suerte de trueque para zonas vulnerables; de vuelta, ellos los protegen o incluso colaboran con avisarles en caso ser buscados.

De todos modos, sea en mayor o menos medida en cada país, hay que entender el crimen organizado como una problemática trasnacional, con grupos dedicados al narcotráfico, a los asesinatos, al tráfico de personas, de armas o al lavado de activos. “No es que un grupo que se dedique sólo al tráfico de drogas, también existen conexiones con otros grupos, con un objetivo económico. Los homicidios, en ese sentido, son una de las formas en que estas organizaciones actúan”.

Análisis por país

Un punto de partida para entender el mapa de los homicidios en América Latina “es mirar el fenómeno de centroamérica, relacionado a las maras en países como El Salvador, Guatemala y Honduras, quienes han generado un círuclo de violencia en esos países, asociados al crimen organizado trasnacional”.

Según Insightcrime.org -fuente citada por la propia Subsecretaría de Prevención del Delito- en 2020 la tasa de homicidios cada 100 mil habitantes en El Salvador era de 19,7; en Guatemala, de 15,4; y en Honduras, de 37,6, la más alta después de Venezuela (45,6) y Jamaica (46,5). En tanto, Chile figura último en la lista, con 3,7.

La investigadora destaca que, en el caso de Venezuela la tasa de homicidios ha ido en franco aumento, incluso con algunas zonas consideradas como “las más violentas de mundo”, precisamente a raíz de la instalación del crimen organizado.

En el caso de El Salvador, hay factores como la debilidad institucional y los altos índices de corrupción que de cierta forma facilitan la presencia de estos grupos. “Además, hay que mirar siempre la calidad de vida de las comunidades. Si llega un grupo externo al Estado que le entrega seguridad a la comunidad, ese grupo ganará terreno”, comenta Lizana.

En México, cuya tasa de homicidios es de 27 cada 100 mil habitantes, hay una relación con el narcotráfico, disputas entre territorios entre bandas y ajustes de cuenta. “Esto está asociado a un control territorial, tanto del consumo de drogas en ese país como de la producción; el control de las rutas de distribución y la posible simbiosis entre estos grupos con el Estado, reflejado en los altos índices de corrupción”, plantea la investigadora.

Más abajo en la escala, está Haití, que figura con una tasa del 13 homicidios cada 100 mil habitantes. “Se dice que éste es un Estado fallido, donde las instituciones no están cumpliendo su rol y el bienestar de la población está muy deteriorado. En el fondo, es visto como un terreno fértil para este tipo de organizaciones, como por ejemplo, captar personas”.

En el caso de Perú, con una tasa de 8,3, el fenómeno del Sendero Luminoso también “ha dejado una marca en ese país, así como también hoy se habla de grupos descolgados de las FARC, en Colombia. A ello, se suma que son uno de los principales productores de coca y ya se habla de instalación de carteles mexicanos en ese país”, puntualizó Lizana.

Revisa el detalle por país a continuación:

*Los datos de Bolivia no están disponibles | Fuente: InSightCrime 2020

Fuente: Emol

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