Los próximos pasos de la estrategia estadounidense para el Indo-Pacífico, la seguridad climática y la visión china del orden regional, fueron algunos de los temas tratados en la edición número XIX del Diálogo de Shangri-La, el foro anual organizado en Singapur por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por siglas en inglés) de Londres, que en esta oportunidad reunió cerca de 32 ministros de Defensa, así como representantes oficiales y académicos de más de 50 países, con una notoria la ausencia de la región latinoamericana.
La conferencia se desarrolló en el contexto de la evolución del orden internacional hacia la multipolaridad, donde la saliente más relevante es la competencia estratégica entre Estados Unidos y la República Popular China.
Para Estados Unidos, la región del Indo-Pacífico es su prioridad y centro de gravedad de las acciones estratégicas, recalcó el secretario de Defensa, Lloyd Austin, precisando que es un espacio donde las reglas y normas jurídicas internacionales forman el sustento. No en vano se destinarán US$ 130.000 millones en el presupuesto de Defensa para reforzar la estrategia hacia la región, en busca de generar nuevas capacidades basadas en tecnologías emergentes, con el fin de detener agresiones de actores que tengan conductas fuera de las normas internacionales. De igual manera, se pretende fortalecer los ejercicios y el entrenamiento combinado con los socios principales de la región, dentro de los cuales sobresale el ejercicio naval Rimpac 2022, que reúne dotaciones de más de 26 países y donde Chile ha tenido un rol destacado en los últimos años. Adicionalmente, estimó adecuado fortalecer la cooperación en la seguridad marítima regional a través de los distintos servicios institucionales, como guardacostas y centros regionales de fusión de inteligencia.
Con relación a Corea del Norte, el secretario de Defensa estadounidense mencionó como uno de los puntos relevantes la persistente amenaza nuclear de este país hacia la región. En cuanto a la relación con Taiwán, sostuvo que se favorecerá una política de mantención del status quo y de resolución de conflictos a través de medios pacíficos, pese que se observa una mayor coerción por parte de China. No obstante, advirtió que cualquier cambio unilateral respecto a la situación de Taiwán no será tolerado por Estados Unidos.
Respecto de la competencia geopolítica en una región multipolar, Austin explicó que se aprecian dos procesos simultáneos y complementarios. Por una parte, están los efectos de la mencionada competencia estratégica entre grandes potencias y sus consecuencias en los estados medianos y pequeños. Por otro, están los desafíos existenciales de las potencias menores asociados a los impactos del cambio climático, incluidas sus manifestaciones en crisis alimentarias, pandemias o migraciones. Lo anterior, implica que la cooperación regional y subregional se podría traducir eventualmente en procesos de respuesta multilaterales respecto de los desafíos geopolíticos más relevantes y en otros de respuesta minilaterales para procesos de seguridad más específicos.
Otro aspecto que abordó fue la guerra ruso-ucraniana, que demostró que los procesos económicos de interdependencia no son suficientes para evitar que un país resuelva usar la fuerza en forma unilateral. De ahí, la relevancia de hacer respetar las normas del derecho internacional por sobre el poder militar y correspondiente uso de la fuerza. Ello requerirá de los principales líderes contar con una adecuada estrategia centrada en un “cerebro frío y racional, así como un corazón cálido”, para no cometer errores, indicó el secretario de Defensa.
La sorpresa de este diálogo fue el contacto en directo con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, quien manifestó que Rusia deberá responder ante los tribunales internacionales por la abierta agresión y violación de la legislación internacional, así como por los crímenes de lesa humanidad perpetrados. Advirtió que este conflicto está generando, adicionalmente, una crisis de inseguridad alimentaria global, por un bloqueo de los puertos ucranianos por parte de Rusia. Estimó que la comunidad internacional debiera asegurar un corredor marítimo estable para posibilitar el adecuado abastecimiento ucraniano al mercado global. Finalizó su intervención advirtiendo que la comunidad internacional debiera centrar sus esfuerzos en la prevención de conflictos y no reaccionar una vez que ellos ya hayan comenzado, ya que los costos en la opción de fuerza son significativamente mayores. “Si hay una vía diplomática y preventiva en Taiwán, hay que usarla”, dijo el mandatario.
En relación con el cambio climático, la seguridad y la “defensa verde”, en el contexto del seminario se estableció que lo relevante es preparar a las fuerzas militares para poder contener y mitigar los efectos de potenciales desastres naturales en la población. Asimismo, las propias fuerzas tienen que preparar la transición de sus sistemas de alimentación de energía de sus principales plataformas móviles terrestres, navales y aéreas, lo que se ha denominado “defensa verde” (green defence), y que se impondrá en el futuro inmediato como desafío. Lo anterior, a juicio del Primer Lord del Almirantazgo, almirante Ben Key, quien sostuvo que la “defensa verde” ya es parte de los valores de la Marina Real británica, particularmente de las nuevas generaciones, que ya se encuentran sirviendo en las instituciones militares.
A su turno, el ministro de Defensa chino, general Wei Fenghe, manifestó que en el actual orden internacional ningún país debiera imponer su voluntad en otros a través de la fuerza militar, ya que es el diálogo y la armonía los factores que deben primar. A su juicio, no existen Estados superiores a otros y toda la interacción de estas formas de organización política deben estar basadas en el respecto del sistema y las leyes internacionales.
La autoridad china aseveró que su país se encuentra en un nuevo período de transformación económica y militar, por lo cual su desarrollo no debe representar una amenaza para ningún otro Estado, sino que es una tendencia histórica. Sin embargo, alertó que no aceptarán presiones ni amenazas de ningún actor y que si China es atacada responderá con todas sus capacidades. Espera que los legítimos intereses nacionales de su país sean respetados. El general Wei sostuvo que Taiwán es un asunto interno de China y que el objetivo es la reunificación idealmente pacífica, de lo que consideran una “provincia” del país. La unidad de China no está en juego, en consecuencia, persistir en una isla independiente sería una meta sin destino, advirtió. Llamó a no subestimar la resolución de China para defender su propia integridad.
Por otra parte, el general Wei manifestó que China se encuentra fuertemente orientada a fomentar la cooperación y unidad en su área de influencia en el Mar del Sur de China, respetando la libertad de navegación, que representa un principio que beneficia en forma importante a su propio país. Esto en contexto donde existen reclamaciones territoriales superpuestas de varios países.
Por último, expresó que la relación con Estados Unidos se encuentra en un momento crítico, estando consciente de lo que significa para una paz global. Piensa que es un error percibir a China como un enemigo, así como tratar de interferir en sus asuntos internos. Si se buscan compromisos, Beijing está dispuesto a una coexistencia pacífica, pero si se le enfrenta, se defenderá y no se acobardará.
En relación con las nuevas ideas para la estabilidad regional, los participantes coincidieron en que es necesario articular una estructura de países socios para general mayores niveles de estabilidad, cooperación y paz en la región.
Impresiones finales
Para concluir, se estima que la situación geopolítica del Indo-Pacífico está y estará marcada fuertemente por los efectos de la competencia geopolítica entre los intereses de EE.UU. y China. Los efectos de dicha interacción se están y se harán sentir en todos los Estados de la región. Al mismo tiempo, las potencias medianas buscarán un mejor posicionamiento y las pequeñas, junto con tener que lidiar con los efectos del enfrentamiento estratégico, tendrán que prepararse para enfrentar los desafíos a su seguridad de aquellas amenazas de carácter más interno y asociadas a los efectos del cambio climático.
Los efectos de la competencia entre EE.UU. y China afectarán a todo el sistema internacional, incluida América Latina, de ahí la importancia de continuar observando y evaluando las repercusiones de lo que ocurre en el Indo-Pacífico, actual eje del desarrollo geopolítico y geoestratégico global.
Con todo, se infiere que Chile debe continuar con su proceso de inserción hacia el Indo-Pacífico en función a sus propios intereses nacionales, fortaleciendo su presencia en instancias colectivas y bilaterales, así como cooperando regionalmente en materias de interés común. Adicionalmente, debiera visualizar el impacto en la fuerza militar de la introducción del nuevo concepto de “defensa verde” y, finalmente, definir una instancia nacional de reflexión estratégica —en función de sus propios intereses nacionales— para establecer escenarios y enfrentar los riesgos y amenazas, pero aprovechando las oportunidades que se le presentarán.
John Griffiths Spielman
16 de junio de 2022
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