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E-3D Sentry: Los nuevos centinelas de Chile

27 de julio de 2022
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E-3D Sentry: Los nuevos centinelas de Chile

La llegada de los aviones Boeing E-3D Sentry (Centinela) a Chile procedentes del Reino Unido tiene una enorme importancia, puesto que mejorarán la capacidad de vigilar el espacio aéreo, marítimo y terrestre de un país tricontinental, en cumplimiento de tareas conjuntas impuestas por la Política de Defensa vigente.

La Fuerza Aérea de Chile operará dos de estas aeronaves, lo que le permite contar con una mayor disponibilidad del material y, en caso de ser necesario, multiplicar las tareas de vigilancia a cientos de kilómetros cuadrados sobre un área de interés. De esta manera, el país se mantiene en la vanguardia regional en cuanto a esta capacidad que multiplica el potencial defensivo de nuestras Fuerzas Armadas, contribuye a la disuasión y aporta en forma significativa en tareas de seguridad y distintas de la guerra.

Los aparatos de “Alerta Temprana y Control Aerotransportado” (cuya sigla en inglés es AEW&C, por Airborne Early Warning and Control), como los E-3D, no son otra cosa que radares de gran capacidad instalados a bordo de aeronaves para detectar otras aeronaves sin interferencias del terreno y detectar también blancos en la superficie. De esta manera, contribuyen con las tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.

El primer sistema de estas características en Latinoamérica fue el avión “Phalcon”, de la empresa Israel Aerospace Industries, que adquirió la Fuerza Aérea de Chile y comenzó a operar en el país en desde la década de los años noventa, con la denominación local de EB-707 “Cóndor”. Con su silueta característica, en la que resalta la enorme antena anterior instalada bajo la nariz de la aeronave y las antenas planas ubicadas en los costados del fuselaje, constituyó un salto hacia adelante para las capacidades de la Fuerza Aérea de Chile y ha sido un actor de gran relevancia en las capacidades militares del país. Durante sus 3 décadas de operación, el EB-707 otorgó a Chile una ventaja estratégica por su ubicuidad y por la calidad de su sistema de detección de a bordo.

La antigüedad de la plataforma aérea en que se basa el sistema, la problemática que significaba contar solamente con una aeronave de este tipo y la necesidad de proyectar esta capacidad hacia el futuro con un sistema altamente interoperable con los sistemas propios del ambiente Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), hicieron que se buscara oportunidades para adquirir otro sistema AEW&C. 

Al respecto, una alternativa muy deseable siempre estuvo representada por la eventual disponibilidad de aeronaves Boeing E-3 Sentry, de fabricación estadounidense y de uso actual en la OTAN. Como el Reino Unido resolvió comenzar a disminuir paulatinamente el inventario de estas aeronaves para incorporar nuevos sistemas de detección, surgió la oportunidad de adquirir algunas aeronaves de la versión de la Royal Air Force, con excelentes cualidades, motores más eficientes, una buena vida útil remanente y actualizadas hace menos de una década en sus sistemas de a bordo. El E-3 está basado en una plataforma similar al Boeing 707, distinguible fácilmente por la enorme plataforma circular instalada sobre el fuselaje y que contiene la antena de un radar de pulsos Doppler, que tiene la capacidad de seguir cientos de blancos aéreos simultáneos y que puede detectar blancos en la superficie del agua para entregar un panorama naval a gran distancia.

Este radar pasivo de barrido electrónico, también conocido como PESA (siglas en inglés de Pasive Electronically Scanned Array), es un radar de antenas en fase que dispone de una fuente de radiofrecuencia central, el cual envía la energía a través de módulos de cambio de fase, el que a su vez envía la energía a varios elementos emisores en parte frontal de la antena. Se suma a ello, el aporte de sistemas de guerra electrónica de autoprotección y enlaces digitales para la transmisión de data hacia otras unidades aéreas, de superficie terrestre o naval y los Sistemas de Mando y Control, independiente de las propias capacidades de a bordo para asumir este tipo de tareas.

Algunas de las características más relevantes del E-3 de la versión que llega a Chile, son las siguientes:

  • Tripulación: 4 tripulantes de vuelo, 14 tripulantes de misión
  • Capacidad máxima: 35 personas
  • Longitud: 46,61 metros
  • Envergadura: 44,42 metros
  • Altura: 12,6 metros
  • Peso vacío: 84 toneladas
  • Peso cargado: 152 toneladas
  • Planta motriz: 4 motores  turbofan CFM56.
  • Velocidad máxima operativa: 955 km/h (593 MPH; 516 nudos) (Mach 0,78)
  • Velocidad de crucero : Mach 0,72
  • Alcance/Autonomía: 8.046 km./10 horas (Ampliable por medio de reabastecimiento en vuelo)
  • Techo de vuelo: 13.106 metros (43.000 pies)
  • Radar PESA Westinghouse AN/APY-2

La venta por parte del Reino Unido de estas aeronaves profundiza, aún más, una relación estratégica de larga data con ese país y permite la continuación del desarrollo de capacidades que potencian la acción de la Fuerza Aérea de Chile desde la paz y durante el desarrollo de una eventual crisis o conflicto armado.

Si se observa la Política de Defensa Nacional de Chile de 2020, en la paz se aprecia que el área de misión de “Seguridad e intereses territoriales” agrupa tareas de las FF.AA. “que contribuyen al control y soberanía nacional en todo su territorio, incluyendo zonas fronterizas y aisladas, la Antártica, áreas oceánicas, territorios insulares y los espacios aéreos, así como la contribución a la preservación del medio ambiente y recursos naturales”. En esta área de misión en la paz, estas aeronaves pueden cooperar a establecer un control eficaz del panorama de superficie, incluyendo la situación de embarcaciones en alta mar para la defensa de los intereses de Chile. Del mismo modo, y cuando es requerido, contribuyen a la acción de los sistemas de control aeronáutico.

En el área de misión llamada “Emergencia nacional y protección civil”, agrupa tareas que se realizan “como contribución a la gestión del riesgo de desastres que realiza el Estado para enfrentar emergencias derivadas de catástrofes naturales o antrópicas, incluyendo pandemias y epidemias”.En estas situaciones, la capacidad de controlar directamente y desde el aire las operaciones aéreas que se ejecutan, resulta de gran relevancia para la coordinación segura de rescates, evacuaciones y operaciones aéreas contra incendios.

El área de misión “Defensa de la soberanía e integridad territorial”, agrupa las tareas destinadas a prevenir y disuadir del uso de la fuerza militar en contra de nuestro país o a rechazar agresiones y actos hostiles contra la población, la soberanía, la integridad territorial, su independencia política, los recursos y bienes nacionales, y los intereses nacionales. Esta área de misión es esencial para la Defensa Nacional. Durante la crisis, la capacidad de detección temprana de los tráficos aéreos minimiza las posibilidades de una sorpresa y permite contar con información completa del escenario aéreo y buena parte del escenario de superficie, constituyendo un aporte para la alerta temprana que beneficia a todo el ámbito conjunto.

Durante un conflicto armado, se convierte en un elemento desequilibrante. Por la intensidad y velocidad con que varían las situaciones que caracterizan al escenario aéreo durante un conflicto, la calidad de la información y la detección oportuna de amenazas representan una contribución decisiva para la efectividad de la defensa aérea del país y del teatro de operaciones. Asimismo, las operaciones ofensivas, tanto de orden estratégico en la profundidad del territorio adversario, como en el escenario táctico conjunto, se ven potenciadas con el apoyo de este sistema que permite entregar a las tripulaciones de combate un panorama aéreo que les posibilita actuar con ventajas decisivas. Esto es particularmente relevante en el caso de operaciones militares, que involucran el actuar de múltiples sistemas de armas en forma coordinada sobre una misma área.

PODER AÉREO

Aviones E-3 al servicio de la OTAN en la base alemana de Geilenkirchen, en febrero de 2022 (France Presse).

El poder aéreo comparte con el poder naval la característica de que a los efectos físicos que produce su actuación directa sobre un blanco o sistema de blancos, agregan la capacidad de ejercer influencia decisiva sobre enormes espacios. En el caso del poder aéreo, establecer un grado de control del aire en áreas de cientos de kilómetros otorga a los medios de superficie la libertad de acción para actuar y, además, se benefician del apoyo que reciben desde el aire. Por sí mismos, los medios aéreos provocan efectos puntuales sobre objetivos específicos, ocasionando niveles de daño que suelen ser decisivos táctica, operacional  y estratégicamente.

Las características de los medios aéreos en cuanto a alcance y velocidad hacen que el manejo de información respecto del escenario en el que actúan se torne crítico. En ese sentido, la necesidad de contar con sistemas que entregaran un cuadro respecto del panorama aéreo se hizo evidente durante la Segunda Guerra Mundial, en que el aviso temprano de los bombardeos se transformó en una prioridad para prevenir a la población del peligro inminente y para actuar con las medidas militares adecuadas para enfrentar tan formidable amenaza en la profundidad del territorio. Con el desarrollo de plataformas aéreas con más autonomía y alcance, como asimismo los avances experimentados en el desarrollo de sistemas de radar (en inglés: radio detection and ranging, detección y determinación de distancia por ondas de radio), permitió instalar estos ingenios a bordo de las aeronaves para subsanar las limitaciones que la morfología del terreno impone a las estaciones de radar emplazadas en tierra.

Por lo tanto, al operar dos E-3D Sentry, la Fuerza Aérea de Chile contará con una mayor disponibilidad del material y, en caso de ser necesario, podrá mejorar significativamente las tareas de vigilancia sobre un área de interés, así como un detallado panorama situacional. De esta manera, el país se mantiene en la vanguardia regional en cuanto a esta capacidad que multiplica el potencial defensivo de las Fuerzas Armadas, contribuye a la disuasión y aporta en forma significativa en tareas distintas de la guerra.

Equipo AthenaLab

27 de julio de 2022

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