No lleva ni un mes en el poder, pero el presidente Gustavo Petro ha tomado decisiones que pueden tener un profundo impacto en el manejo de la seguridad en Colombia, un país que enfrenta grandes desafíos como el narcotráfico, minería ilegal y guerrillas activas.
Entre otras cosas, Petro ha dicho que quiere replantear el combate frontal a la industria de la droga en el país que históricamente es el mayor productor mundial de cocaína, pese a todos los esfuerzos que se han hecho para combatir este sector criminal.
MANDOS En un hecho sin precedentes, en el Ejército han salido 24 generales de la institución, mientras en la policía se trata de 21. Aunque en Colombia es tradicional que un nuevo presidente nombre a una nueva cúpula de las fuerzas de seguridad y defensa que lo acompañarán en su mandato, la salida de más de 40 generales ha llamado la atención, en especial de aquellos oficiales que eran considerados como expertos en la guerra antidrogas. Como argumento desde el gobierno se mencionan problemas de corrupción o abusos de derechos humanos. El nombramiento de oficiales más jóvenes ha desembocado en la salida de los más antiguos, en este caso. El descabezamiento de generales involucra dejar a las instituciones con mandos sin la debida experiencia en administrar los problemas estratégicos propios, debilitando la asesoría y el correspondiente proceso de toma de decisiones internas (https://www.semana.com/nacion/articulo/atencion-nueva-barrida-en-el-ejercito-salen-otros-13-generales-por-investigaciones-de-falsos-positivos-y-corrupcion/202206/).
EXTRADICIONES En conversaciones con representantes del gobierno estadounidense, el mandatario afirmó que se les propuso cambiar la política de extradición de narcotraficantes que entren en negociaciones con el Estado y opten a beneficios jurídicos, a cambio de no reincidir. No obstante, la extradición como herramienta es la gran pesadilla de los grandes criminales en Colombia. Por cárceles de Estados Unidos han pasado guerrilleros, paramilitares y traficantes. Parte de los motivos que tuvo Pablo Escobar para lanzar su guerra contra el Estado fue la aprobación de las extradiciones.
CULTIVOS De acuerdo con la Casa Blanca, Colombia tenía al menos 234.000 hectáreas sembradas con hoja de coca en 2021, lo cual permite producir más de 1.000 toneladas de cocaína anuales. El presidente Petro confirmó que apostará por la sustitución voluntaria de los cultivos con los campesinos, pero que la erradicación forzosa proseguirá ante quienes se nieguen. Lo que es claro, es que no se implementarán las fumigaciones aéreas con el químico glifosato por dudas sanitarias, que permitían cubrir grandes aéreas en menor tiempo. En materia de cultivos siempre el dilema ha sido la tasa de reemplazo entre siembra y erradicación.
SEGURIDAD HUMANA Petro, ex guerrillero del M-19, ha manifestado su intención de promover la “seguridad humana” como concepto, que es aquella que pone al centro a las personas y las circunstancias que la afectan, pero que no necesariamente se relacionan con la violencia. El mandatario ha mencionado la disminución de los índices de hambre o el aumento de las posibilidades de que los jóvenes estudien, como ejemplo. A su juicio, los avances en seguridad no se pueden medir en “bajas” o “neutralizaciones”, por lo cual quiere unas “Fuerzas Armadas para la Paz” (https://gustavopetro.co/seguridad/).
VENEZUELA Petro aboga por una recomposición total de las relaciones con Venezuela, rotas desde 2019, cuando su antecesor Iván Duque apostó por la caída de Nicolás Maduro. El dilema es que para Colombia el país vecino representa un grave problema de seguridad, en la medida de que ahí se alojan grupos guerrilleros como las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército Nacional de Liberación (ELN). La duda que persiste es que sí esa presencia se da por negligencia o connivencia con el gobierno bolivariano.
CONCLUSIÓN Petro podría estar implementando una transformación del paradigma de seguridad de Colombia, que por décadas contemplaba un ataque frontal y permanente a la industria del narcotráfico y a los grupos armados, siempre con el apoyo de Estados Unidos como principal aliado. Ese ataque incluía herramientas como las extradiciones y las fumigaciones aéreas, así como la capturas y bajas mediante operaciones ofensivas.
La situación de seguridad de Colombia, donde subsistente poderosos grupos criminales, como el Cartel del Golfo, también conocido como Clan Úsuga, requiere de fuerzas profesionales y capaces de enfrentar múltiples amenazas. Sus mayores éxitos se han dado cuando han contado con un respaldo político directo y orientaciones claras.
Aunque la evolución siempre es necesaria, a veces los cambios de paradigmas de seguridad pueden ser complejos, como aprendieron en México. Ahí, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intentó darle un carácter más social al problema del narcotráfico a través de su política de “abrazos y no balazos”. Hoy cuando se registra un récord de víctimas de la violencia, AMLO solo ha dado más tareas a los militares y aumentado sus presupuestos, a la vez que creó una Guardia Nacional, que actúa como policía nacional federal. Por tanto, la apuesta de Petro es muy alta, pero a diferencia de su colega mexicano, él sí conoce el lenguaje de la fuerza por su pasado rebelde.
Equipo AthenaLab
26 de agosto de 2022
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