COMENTARIO | Día de las “Glorias del Ejército de Chile”: El sentido real de la celebración

Cada 19 de septiembre, en medio de las celebraciones patrias por la independencia nacional, los chilenos son testigos de la Gran Parada Militar. Lo interesante, y que suele olvidarse, es el verdadero motivo de la conmemoración. Lo que congrega en esta fecha a los chilenos de diversos orígenes, ciudades y tintes políticos, es la celebración de las “Glorias del Ejército de Chile”.

Efectivamente, el Ejército es una de las instituciones republicanas permanentes, que nace junto a la patria y ha participado y colaborado a forjar su historia, su presente y, sin duda, a proyectar su futuro. Contribuyó significativamente a la conformación de las otras ramas de la defensa, primero de la Armada y, junto a esta, de la Fuerza Aérea de Chile, así como otras instituciones del Estado, como el caso de Carabineros.

El día de las “Glorias del Ejército” es feriado nacional desde 1915, oportunidad en que el supremo gobierno de la época firmó un decreto estableciendo la celebración en su honor. No obstante, la participación de esta rama castrense en las celebraciones patrias se puede rastrear hasta el origen mismo de la República, puesto que el día 19 de septiembre de 1810, se congregaron en la Plaza de Armas de Santiago los ciudadanos y tropas del Ejército con motivo de celebrar la proclamación del acta de instalación de la primera Junta Nacional de Gobierno, sólo un día antes.

Resulta difícil encontrar una fecha mejor que la elegida, pues coincide con la que la Nación chilena conmemora su Independencia, pues Chile, los chilenos y su Ejército, son uno solo. Es imposible encontrar un día específico que conmemore en una acción única —combate o batalla—, que esté por sobre las otras, pues las muestras de valor y patriotismo de las armas chilenas, en particular de su Ejército, abundan en la historia nacional. Nombres como los de José Miguel Carrera, Bernardo O’Higgins, Bueras, Prieto, Bulnes, Colipí, Maturana, Baquedano, Rebolledo, Sotomayor, Carrera Pinto, Velásquez o Salvo, sólo por mencionar un puñado de héroes, recuerdan la rica tradición de cumplimiento del deber y del amor por la tierra de los nacidos en este país.

Lo que se celebra atañe a todos los chilenos, no sólo a los militares, pues se recuerda a los soldados —todos ciudadanos— caídos en el cumplimiento de su deber con la patria y conmemora las victorias alcanzadas, desde las campañas de la Independencia Nacional, la Guerra Contra la Confederación Perú-Boliviana, la Guerra del Pacífico e incluso en las revoluciones del siglo XIX, en las que las tropas nacionales fueron encomendadas por el gobierno para hacerles frente.

A pesar de problemas que se han enfrentado en los últimos años, el Ejército continúa siendo, junto a las otras ramas de la defensa nacional, una de las instituciones que genera mayor confianza dentro de la ciudadanía. Lo anterior, no es extraño, pues, en el fondo, la mayoría de los chilenos conocen de manera personal o como parte de su familia a algún militar, marino o aviador y, desde ese conocimiento, saben que los militares son personas de bien, al igual que la inmensa mayoría de compatriotas, que buscan lo mejor para la Nación, su bienestar y desarrollo, pero desde una función básica, específica y fundamental del Estado. Este vínculo —ciudadano-soldado y comunidad-Ejército— se identifica y repite a lo largo del territorio nacional, especialmente, en aquellas áreas más alejadas del centro del país.

El día en que se celebran las glorias del Ejército, es el día de las glorias de Chile y, de la misma manera, el día de las glorias de la República, es el día para conmemorar a su Ejército. Es el Ejército, a través de la historia, el lugar donde los ciudadanos se han volcado para defender a Chile ante las amenazas exteriores, constituyéndose en el núcleo principal de su defensa.

No obstante, la celebración de este año se vio afectada por comentarios del presidente de la República. En vez de celebrar la impecable presentación de más de ocho mil hombres y mujeres en la elipse del Parque O’Higgins, Gabriel Boric prefirió atribuir la Gran Parada Militar —primeramente— a un acto de mera subordinación, en vez de uno de celebración y recuerdo. Al respecto, caben un par de precisiones. La subordinación de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) está asegurada, no hay duda en eso, por lo que, si el presidente tiene alguna inquietud sobre el tema, sería preocupante. Por lo mismo, las FF.AA. no necesitan ir por la vida realizando “actos de subordinación” para demostrar algo, pues dicha condición se refleja cada día en las decenas, sino cientos, de tareas que desempeñan y cumplen disciplinadamente, como aquellas que este mismo gobierno les ha encomendado, por ejemplo, en la Macrozona Sur del país.

Además, conforme a la constitución política vigente, las FF.AA. están subordinadas al poder político, representado por el propio presidente de la República, democráticamente elegido y quien encarna la soberanía popular, no de la sociedad civil como expresó el primer mandatario, especialmente en momentos en que dicha sociedad no aprueba mayoritariamente al gobierno en las encuestas.

Por último, lo que no debe olvidar la máxima autoridad de la Nación, es el motivo que lo obligó a trasladarse al Parque O’Higgins el 19 de septiembre y que no es otra cosa que celebrar las Glorias del Ejército de Chile, el de todos los chilenos, incluso suyo, en un verdadero acto republicano.

La celebración de este año tiene la particularidad de desarrollarse en un ambiente complejo, después de un proceso constitucional que dividió más que unió a los chilenos, por lo que las Fiestas Patrias y, dentro de ellas, la celebración de las “Glorias del Ejército de Chile”, constituye una excelente oportunidad para simbolizar un punto de encuentro, donde prime el sentido cívico y la unidad y cohesión de una única Nación. Chile debe estar siempre primero, de eso saben quiénes pertenecen y han pertenecido al Ejército de Chile, que el 19 de septiembre celebró, junto a sus compatriotas —en austeridad, pero con sus mejores galas—, el día en que se conmemoran sus innumerables glorias.

Marcelo Masalleras, investigador AthenaLab

21 de septiembre de 2022