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COMENTARIO | Alcances de la “National Defense Strategy” de EE.UU.

3 de noviembre de 2022
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COMENTARIO | Alcances de la “National Defense Strategy” de EE.UU.

La nueva “Estrategia de Defensa Nacional” (NDS) de Estados Unidos, que sigue la línea de la ya comentada Estrategia de Seguridad Nacional, al enmarcar a China como principal amenaza, está dividida en 10 secciones, a través de las cuales se evalúa el ambiente operacional; se definen prioridades para la defensa; se desarrolla el concepto de “disuasión”; se proyectan los requerimientos para proyectar campañas militares; se plantea el desarrollo de fuerzas; se identifican las necesidades en la construcción de ventajas competitivas; y, finalmente, se establecen orientaciones para la gestión de riesgos. A continuación, un análisis del documento, disponible en: https://media.defense.gov/2022/Oct/27/2003103845/-1/-1/1/2022-NATIONAL-DEFENSE-STRATEGY-NPR-MDR.PDF

OBJETIVOS

Los objetivos establecidos para la función defensa están en concordancia con los intereses vitales de EE.UU., los cuales son: proteger la seguridad de la población estadounidense; expandir la prosperidad y oportunidades económicas; defender los valores centrales de la sociedad norteamericana.

AMENAZAS

La NDS identifica, inequívocamente, a China como el principal y más serio desafío para la seguridad al que se debe hacer frente, calificando su comportamiento como coercitivo y empeñado en modificar la región del Indo-Pacífico, así como el sistema internacional, a través del incremento de su potencial convencional y nuclear y también de otras capacidades en los ámbitos del espacio, ciberespacio, espectro electromagnético e informacional. En segundo lugar, posiciona a Rusia como una gran amenaza, dadas sus capacidades nucleares, misiles de largo alcance, riesgos en el espacio, armas químicas y biológicas, ambiente subacuático y campañas en la “zona gris”, lo último para afectar la estabilidad política de las democracias. Otras amenazas percibidas como relevantes, son Corea del Norte, Irán y organizaciones extremistas violentas. Finalmente, identifica riesgos como el cambio climático y otros fenómenos como desafíos transnacionales para los que deben estar preparados.

PRIORIDADES

A la hora de definir las prioridades para lo que define como el “ecosistema de defensa”, la NDS establece que deberán: defender el territorio y soberanía de EE.UU.; disuadir ataques estratégicos hacia EE.UU., sus aliados y socios (uso de armas nucleares); disuadir agresiones externas y, de ser necesario, dominar en un conflicto; y asegurar el mantener una ventaja militar sobre la base de una fuerza conjunta resiliente.

DISUASIÓN INTEGRADA

Este concepto resulta central en la NDS y se define en cómo el Departamento de Defensa alineará sus políticas, inversiones y otras actividades para fortalecer una disuasión que debe adaptarse a cada competidor y coordinarse con otros instrumentos del poder nacional para lograr los máximos efectos. Para alcanzar una disuasión efectiva, se establece que se debe atender la percepción de los competidores mediante una aproximación que considere el desarrollo de asimetrías y la fortaleza necesaria para enfrentarlos, imponiendo costos que excedan con creces los beneficios de una eventual agresión. En esta sección, nuevamente se hace referencia directa a las principales amenazas identificadas, como son: ataques al territorio estadounidense y empleo de armas estratégicas, por parte de China, Rusia, Corea del Norte e Irán, así como la necesidad de enfrentar un ambiente en que el uso de los dominios del espacio y del ciberespacio incrementan la opacidad de las acciones agresivas.

PROYECCIÓN DE OPERACIONES MILITARES

Bajo en concepto de “Campaigning”, entendido como el conducir y secuenciar actividades  militares lógicamente relacionadas para alcanzar objetivos alineados con la estratega a lo largo del tiempo, la NDS identifica la urgencia de visualizar campañas militares que consideren todo el espectro del conflicto y todos los dominios del campo de batalla, con la finalidad de obtener ventajas operacionales, potenciando la disuasión y haciendo frente a actividades y desafíos que potenciales adversarios desarrollan en lo que se denomina “zona gris”.

En este sentido, se afirma que el instrumento militar no es siempre la mejor herramienta para solucionar problemas, identificando opciones de alternativas como el intercambio de inteligencia, medidas económicas, presiones diplomáticas y otras acciones en el ámbito de la información, que pueden ejecutar otras agencias del Estado, más efectivamente. Al final, la proyección de operaciones militares deberá entregar opciones a los planificadores para disuadir y reducir distintas formas de coerción por parte de antagonistas. Este diseño, demanda una postura estratégica de carácter global, donde el posicionamiento de fuerzas debe priorizar los esfuerzos de disuasión hacia el Indo-Pacífico (China) y Europa (Rusia).

FORTALECER LAS ALIANZAS

Como un elemento relevante de la NDS, se identifica a las alianzas y otros socios de EE.UU., particularmente, aquellos que colaboran en hacer frente a las amenazas de China y Rusia. En este contexto, se destaca la obligación de Washington de demostrar ser un socio de defensa confiable. Para mejorar y fortalecer la colaboración, la NDS prioriza la interoperatividad, desarrollo de nuevos conceptos operativos y un desarrollo de fuerzas que contemple la integración conjunta y combinada.

A la hora de revisar la postura respecto de cada región, no hay novedades respecto de lo ya planteado en la Estrategia de Seguridad Nacional, reiterando la prioridad que representa el Indo-Pacífico, seguido por Europa. Nuevamente, el hemisferio occidental, representado por Latinoamérica, no constituye una prioridad, limitándose a señalar sobre la necesidad de contar con una región estable, lo que reduce los riesgos y amenazas para EE.UU.; aunque indica que trabajará para entender las necesidades de seguridad de sus socios regionales y áreas de interés y preocupación mutua.

PLANIFICACIÓN DE LA FUERZA

Se establece que, como requisito para desarrollar y fortalecer la disuasión, se requiere diseñar, desarrollar y gestionar una fuerza militar de combate con capacidades creíbles. La fuerza en cuestión debe estar conformada de manera tal que esté en condiciones de, simultáneamente, defender el territorio estadounidense, mantener una capacidad de disuasión estratégica permanente y, de ser necesario, dominar en un eventual conflicto. Dentro de las iniciativas, se destaca la necesidad de mantener ventajas en la información para la toma de decisiones; fortalecer las capacidades de mando, control y comunicaciones en ambientes de alta demanda; ampliar las capacidades de negar agresiones, mediante el mejoramiento de capacidades de detección y respuesta; mitigar las capacidades adversarias de anti-acceso y denegación de área, conceptos ampliamente desarrollados por las fuerzas armadas chinas; y reforzar las capacidades de movilización y sostenimiento para la proyección de fuerzas. En pocas palabras, una fuerza conjunta que sea letal, sostenible, resiliente, fuerte, resistente y ágil. En este caso, la visión de largo plazo y la evaluación de las amenazas y riesgos se transforman en elementos fundamentales a la hora de priorizar (Al respecto, vale la pena revisar la publicación de Athenalab sobre este tema “Net Assessment”)

FORTALECER VENTAJAS DURADERAS

La NDS destaca que las distintas amenazas, en permanente evolución, ponen en riesgo el ecosistema de defensa, así como la base industrial de defensa y el conjunto de capacidad de empresas privadas y públicas. En consecuencia, para fortalecer las ventajas militares actuales se deberá desarrollar un trabajo coordinado e integrado, tanto con distintos los poderes y agencias del Estado, como con el sector privado, aliados y socios estratégicos. Por lo anterior, el Departamento de Defensa deberá ser capaz de incorporar tecnologías de punta de manera expedita y flexible, mediante una rápida experimentación, adquisición e incorporación, al mismo tiempo de no perder esfuerzos en sistemas menos relevantes. Asimismo, se deberá seleccionar adecuadamente las inversiones en tecnología dirigidas especialmente a capacidades avanzadas en armas hipersónicas, de energía dirigida, integración de sensores y capacidades en el ciberespacio. Del mismo, se destaca la necesidad de fortalecer el trabajo con el mundo privado y el contar con una fuerza de trabajo de primer nivel, atrayendo y reteniendo el talento.

GESTIÓN DEL RIESGO

Finalmente, observa la obligación de visualizar riesgos a largo plazo, dado el vertiginoso ritmo con que los adversarios modernizan sus fuerzas militares, así como las formas en que las agresiones se pueden manifestar. Nuevamente, destaca la necesidad de contar con herramientas que permitan adoptar decisiones adecuadas, que identifiquen oportunamente las mejores soluciones y alternativas de inversión.

CONCLUSIONES

  • La versión pública de la NDS difundida complementa, desde la perspectiva de la función defensa, la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., que es el documento matriz de la planificación política para el logro de los objetivos nacionales estadounidenses, a través de una orientación que coordina e integra los esfuerzos interagenciales.
  • De forma consistente, reconoce directa y abiertamente a China como el principal competidor de EE.UU., así como a Rusia, Corea del Norte e Irán, como amenazas que deben tenerse en cuenta. En consecuencia, el Indo-Pacífico sigue siendo la región prioritaria y luego viene Europa.
  • Del mismo modo, identifica a otros fenómenos como el cambio climático o pandemias en su calidad de riesgos transfronterizos, los cuales obligan a generar capacidades para enfrentarlos o mitigar su impacto.
  • Si bien Chile, al igual que Latinoamérica, no tiene un rol relevante en la NDS, se estima que existen áreas de común interés en los cuales se podrá trabajar con el Departamento de Defensa de EE.UU.:
    • Desarrollo de fuerzas de alta disponibilidad operacional para enfrentar crisis derivadas de acciones criminales.
    • Pesca ilegal y otras actividades contra el derecho internacional en aguas y el espacio aéreo del Pacífico Sur.
    • Desarrollo de capacidades para enfrentar amenazas provenientes del espacio y del ciberespacio, donde EE.UU. tiene importante experiencia.
    • Protección de pasos interoceánicos en los que Chile tiene jurisdicción, que aseguren la libre y segura navegación.
    • Desarrollo de capacidades logísticas y el alistamiento de medios militares y civiles para hacer frente a catástrofes naturales en la región.
    • Control de actividades como la trata de personas y tráfico de armas.
    • Mitigación del efecto del cambio climático en la función defensa.
    • En este sentido, si Chile cuenta con capacidades suficientes (actuales o futuras) para asumir liderazgo en esta región, con la colaboración o no de otros Estados, EE.UU. podría no desviar esfuerzos en este sector y concentrar sus medios en las regiones que sí son prioritarias para su seguridad.
  • Algunos de los conceptos importantes incluidos en la NDS que deben ser rescatados para análisis propio, pueden ser:
    • Necesidad de elaborar documentos directivos y ejecutivos que orienten y canalicen los esfuerzos en estas materias, definan prioridades, objetivos y tareas.
    • Desarrollar y mantener una base industrial capaz de sostener el empleo de fuerzas militares, particularmente en actividades críticas.
    • Fortalecer iniciativas de desarrollo público-privadas para mejorar capacidades estratégicas.
    • Necesidad de captar y retener el talento transversalmente en la función defensa.

Marcelo Masalleras, investigador de AthenaLab

3 de noviembre de 2022

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