Comentarios y Análisis

DOCUMENTO DE ANÁLISIS | Nuevos tanques para Ucrania

26 de Enero de 2023
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DOCUMENTO DE ANÁLISIS | Nuevos tanques para Ucrania

Durante los últimos meses, una buena parte del debate en las potencias Occidentales estuvo concentrado en la decisión de entregar tanques a Ucrania. A pesar de la insistencia del presidente Volodímir Zelensky, sus contrapartes de Estados Unidos (EEUU) y de Alemania se habían opuesto de manera reiterada. Finalmente, ambos Estados accedieron a dotar a Kiev de sus principales tanques de batalla.

La negativa de proporcionar o autorizar a terceros la entrega de tanques estaba fundada principalmente– al menos es lo que se exponía públicamente— en que se estimaba que estas armas poseían características “ofensivas”, lo que podría acarrear una reacción de Rusia aún más extrema. Aquí valen dos comentarios al respecto. El primero, se refiere a la condición de “defensiva” u “ofensiva” de los distintos sistemas de armas. Esta disyuntiva, parte importante de lo que se conoce como el “Dilema de Seguridad”, está dado en el plano de las percepciones, pues quien adquiere un arma para su defensa, no puede asegurarle a su oponente que no la empleará para fines ofensivos. Una aeronave de combate, un obús, una fragata o un tanque —sólo por mencionar un par de ejemplos— pueden ser empleados con objetivos de defensa o de agresión, dependiendo del destino que cada Estado le asigne a sus fuerzas militares. En consecuencia, la calificación de que un arma convencional (no nuclear) sea ofensiva o defensiva tiene, en lo general, un fuerte componente de subjetividad y será determinado por quien evalúe la situación.

En el mismo sentido, el país agredido, en este caso es Ucrania, tiene dentro de su territorio soberano fuerzas extranjeras. Para poder recuperar lo cedido, debe indefectiblemente ejecutar acciones ofensivas, las que se enmarcan dentro de su defensa territorial, es decir, contraofensivas. No es posible que la defensa ucraniana no contemple armas con las características de los tanques, pues si la intensión es no molestar al Kremlin, el apoyo se debería limitar a máquinas para construir posiciones de defensa y munición para detener el avance ruso. Pero la realidad exige que se deban ejecutar ataques destinados a expulsar a los invasores de territorio propio, lo que, en ningún caso, se podría rotular como una actitud general ofensiva de Ucrania.

Por otro lado, la noticia es buena por dos motivos: político y técnico. En lo político, esto refleja el compromiso Occidental con la causa ucraniana y la decisión de no permitir a un Estado como Rusia a imponer sus objetivos más allá de lo que permite el derecho internacional, mediante el uso de la fuerza. Además, manifiesta que la cohesión entre los Estados miembros de la OTAN sigue siendo fuerte y existe la capacidad y voluntad de ponerse de acuerdo, pese a las diferencias iniciales.

Imagen: AFP

El segundo, de carácter técnico militar, se refiere a que la incorporación de tanques como el Leopard 2 de Alemania y el norteamericano M-1 Abrams, constituye un avance trascendente, dado que ambos superan con creces las capacidades de los disponibles en el inventario de Ucrania. Hasta ahora, Kiev cuenta con tanques de origen soviético y ucraniano, fundamentalmente de los modelos T-64, T-72 y T-80 (todos en distintas versiones), los que se deben enfrentar a sus pares rusos (origen soviético y Rusia) encabezados por el T-90, a los que se agregan T-80, T-72, T-64 y T-62, todos en distintas versiones.

Dentro de las ventajas que suponen los tanques alemanes Leopard 2, está el hecho de que se trata de un carro de combate ampliamente utilizado en Europa con más de 2.400 unidades repartidas sólo en el viejo continente (Chile también cuenta con tres grupos blindados del modelo 2A4). Esta condición otorga una mayor disponibilidad de unidades y de repuestos. Además, las capacidades del tanque alemán lo transforman en un arma formidable, capaz de disparar proyectiles con efectividad a 4.000 metros, con ambos vectores en movimiento y combatir las 24 horas de día. Tal como se ha desarrollado esta guerra, no es ilógico de pensar que a estas alturas, ya existan algunas tripulaciones ucranianas instruidas y entrenadas en tanques occidentales. No olvidar que el gobierno polaco manifestó a inicios de enero de 2023, que entregaría tanques Leopard 2 con o sin la autorización de Berlín.

Elaboración propia

En el mismo orden de ideas, otro factor relevante es que el inventario de tanques de Ucrania es más bien limitado, por lo que agregar estas armas a su arsenal es vital. Según datos del “Military Balance 2022” del International Institute for Strategic Studies (IISS), Ucrania contaba con 927 tanques al inicio de la guerra (incluidos 69 de la Infantería de Marina), mientras que Rusia presentaba 3.417 (considerando 330 de la Infantería de Marina y 160 de las tropas aerotransportadas). Hasta el día 25 de enero de 2023, según lo registrado por el sitio “Oryx” (este sólo incluye aquella información que cuente con un registro confiable, por lo que seguramente las cantidades son superiores; visitar en https://www.oryxspioenkop.com), Kiev ha perdido un total de 449 tanques y Moscú 1.642 unidades.

No obstante lo anterior, la incorporación de tanques occidentales debe verse con cautela. Esto, pues introducir sistemas de armas complejos como los mencionados es un proceso largo que demanda no sólo el entrenamiento de tripulaciones y la capacitación de mecánicos, sino que la adaptación de las cadenas de suministros (exigirán un esfuerzo logístico importante de técnicos, repuestos, munición, etc, que no es automático) y, más importante aún, su integración en grandes unidades de combate bajo la idea de empleo de armas combinadas. Además, un solo sistema de armas es difícil que tenga la virtud y capacidad de cambiar el destino de la guerra. No lo ha sido en la historia. Diferente es que, sumado a otros sistemas, integrado en la concepción de “guerra de maniobra”, incorporado doctrinariamente bajo el prisma de “mando tipo misión”, con comandantes entrenados en un ambiente de “libertad de acción”, adecuadamente comunicados, sincronizados en tiempo, espacio y propósito, esto generaría una potencia de combate efectiva capaz de derrotar, junto a las fuerzas de otros dominios de la guerra (aéreo, marítimo, espacial y ciber espacio), a los invasores rusos.

Pensar que la sola idea de contar con tecnología o cantidad significa la victoria, sería cometer los mismos errores criticados a las fuerzas rusas estos últimos once meses. Sin embargo, las fuerzas armadas ucranianas han dado muestras claras de poseer la voluntad de luchar y la capacidad de adaptarse e incorporar sistemas de armas que les han permitido marcar la diferencia. En un inicio de la guerra fueron los misiles anti-tanque “Javelín” y NLOW junto a los antiaéreos “Stinger” los que caracterizaron la defensa. Después, la entrega de sistemas HIMARS otorgó capacidades que inspiraron y marcaron la contraofensiva ucraniana. Si bien no son suficientes, quizás ahora, podrán ser los tanques Leopard 2 y M-1 Abrams, los que impriman una nueva etapa de la guerra y ayuden a generar las condiciones para la deseada paz.

Marcelo Masalleras
Investigador AthenaLab

26 DE ENERO 2023

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