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DOCUMENTO DE TRABAJO Nº9 | Pesca Ilegal, no declarada y no reglamentada: Comprendiendo el problema/construyendo soluciones

23 de octubre de 2020
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DOCUMENTO DE TRABAJO Nº9 | Pesca Ilegal, no declarada y no reglamentada: Comprendiendo el problema/construyendo soluciones
  • Desde el fin de la Guerra Fría, actividades como la piratería, el narcotráfico, el tráfico de personas y la pesca ilegal se han vuelto más frecuentes, desafiando lo que se conoce como el “buen orden en el mar”. Estas actividades repercuten en los distintos atributos que tiene el mar, sobre todo como depósito de recursos y medio de transporte.
  • La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) puede ocurrir en aguas bajo la jurisdicción de un Estado o en alta mar, en etapas de captura o empleo de los peces e incluso puede estar asociada a la delincuencia organizada, según la FAO.
  • La “ilegalidad” suele provenir del cruce de factores que se relacionan con el estatus de una embarcación, el área geográfica donde opera y, finalmente, el tipo y cantidad de producto que extrae. Esto, además, varía dependiendo de las legislaciones nacionales y los acuerdos regionales.
  • Distintas publicaciones tienden a coincidir en que el 20% de toda la pesca es ilegal. Esto permitiría ubicarla en el sexto lugar de los delitos transnacionales globales más lucrativos, con ingresos estimados entre US$ 15.000 millones y US$ 36.000 millones en 2018, según Global Financial Integrity.
  • Las armadas o guardias costeras suelen ser las instituciones estatales que históricamente se encargan de combatir este delito, en cumplimiento de una función de tipo policial (constabulary role), que consiste en imponer la ley y garantizar el bienestar en el mar.
  • La FAO estima que la mitad de los bancos de peces se encuentran en niveles no sustentables y hoy se calcula que 3.300 millones de personas dependen del pescado para obtener el 20% de las proteínas animales que consumen. En este escenario el valor de los recursos pesqueros debe tender solo a aumentar.
  • Existen distintos tipos de conflictos que se pueden desatar por la pesca, tanto la INDNR como la legal. Entre pescadores de distintos países por la extracción de un mismo recurso; entre una agencia de control marítimo y pesqueros privados de terceros países; y entre fuerzas navales de países. Ninguno es excluyente del otro. Más bien uno puede llevar al otro.
  • La pesca INDNR también se enmarca hoy en el contexto rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China. Esto se explica por el hecho de que China cuenta con el 30% de la flota pesquera del mundo, que además se reparte por todo el planeta. La creación de esta enorme flota ha sido posible por subsidios gubernamentales lo que lleva a preguntarse qué significa esto para los océanos del mundo.
  • Desde mediados de 2020, ha llamado la atención la presencia de una flota pesquera china en inmediaciones del Pacífico Sur, que al parecer no ha estado actuando de forma ilegal, pero sí despertando la inquietud de autoridades de Ecuador, Perú y Chile.
  • La pesca INDNR es un delito global que no solo pone en riesgo el medio ambiente y la seguridad alimentaria, sino que puede dañar severamente la economía de países marítimos, producir efectos desestabilizadores en estados ribereños e incluso generar tensiones geopolíticas.
  • Para imponer el “buen orden en el mar”, las armadas y agencias de control marítimo enfrentan el dilema de vigilar inmensas áreas con recursos escasos, lo cual las obliga a emplear todos los medios que tengan a mano.
  • La clave es contar con la capacidad de conocer la realidad de lo que ocurre en los mares y alcanzar una “conciencia situacional marítima” (maritime domain awareness), para lo cual se requiere de sensores que permitan recopilar la información, para luego procesarla y, finalmente, generar una reacción oportuna.
  • También ayudan los acuerdos entre países o sus marinas para reforzar la fiscalización pesquera en áreas de común interés. Chile es signatario del Acuerdo de Nueva York y parte de la ORP-PS.
  • Fundamental es la voluntad política del Estado para desarrollar capacidades. Lo cual implica involucrar a los tomadores de decisiones de más alto nivel en el problema, es decir, ponerlos al tanto de las amenazas existentes a los intereses marítimos nacionales.
  • En Chile, es la Armada a través de la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (DGTM) la principal encargada de combatir un delito que cuesta al año US$ 300 millones en transacciones fraudulentas al país. Con un presupuesto total asignado de unos US$137 millones para 2021, pero donde solo la mitad es ejecutable para un amplio rango de tareas, la pregunta es si este servicio marítimo puede combatir de forma eficiente la pesca INDNR hoy y mañana.
  • Por las dimensiones de esta actividad, el Estado de Chile debe hacer empleo de todos los instrumentos de poder a su alcance para preservar sus intereses marítimos nacionales. No se puede esperar que los mares se agoten hasta un punto de no retorno para actuar. 
  • La escasez de peces, su desplazamiento a aguas más frías por el cambio climático y aumento de la población global sitúan a Chile en el epicentro del problema mundial de la pesca INDNR, por ser el país más cercano a la Antártica, por tener costas continentales americanas que se extienden por 39 grados de latitud y porque su demografía es relativamente baja.

Juan Pablo Toro V.

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