DOCUMENTO DE TRABAJO Nº20 | La economía ilegal de la madera: el círculo perverso del delito en el sur de Chile

La débil presencia del Estado en la macrozona sur ha permitido el avance del conflicto derivado de la violencia de grupos armados organizados el que, a su vez, ha contribuido a crear un entorno en el cual la economía criminal de la madera ha podido desarrollarse. No son ni el conflicto ni la debilidad institucional los que crean las mafias madereras, sino las condiciones económicas viables para el negocio ilícito; aunque ambos factores han permitido el crecimiento y consolidación de ese comercio ilegal.

Los hechos violentos que se repiten desde la década de 1990, han debilitado al Estado. Esa fragilidad se ha expresado a través de las fallas de las distintas instituciones encargadas de enfrentar la temática, las que han dejado los espacios necesarios para que el crimen que está detrás del robo de madera avance. Se ha ido creando un círculo perverso que busca desplazar al Estado y a los actores formales para instalarse en un territorio donde se espera lucrar sin respetar ninguna norma.

De esta forma, el factor debilidad institucional es fundamental para estudiar esta economía ilegal pues, sin él, probablemente el escenario sería muy distinto y el robo de madera no habría evolucionado a los grupos organizados que se aprecian hoy en día.

Esta investigación corresponde a la tercera publicación sobre economías ilegales. Dicha serie de estudio tiene como objetivo revisar, primero, de manera teórica, los factores que permiten el desarrollo de negocios ilícitos y, luego, aplicar esos factores a casos seleccionados. En ese sentido, el propósito de este documento es entender qué permite el desarrollo de la mafia maderera, cómo funciona y qué se puede hacer al respecto.

Con el objeto de conocer y comprender la economía criminal de la madera, se elaboró una investigación a partir de información disponible en medios de comunicación, entrevistas, visitas a terreno y reportes específicos relacionados con el tema. De ellos, cabe mencionar que se sostuvieron conversaciones con actores relevantes asociados a la problemática en la macrozona sur, de los cuales algunos pidieron mantener su identidad en reserva. A dichas reuniones se incluyó una visita a terreno, con el fin de conocer de primera fuente cómo funciona la industria maderera, cuáles son los vacíos que se pueden encontrar y que puedan facilitar el avance del crimen.