Documentos de trabajo
DOCUMENTO ESPECIAL | Taiwán: entre el “Escudo de Silicio” y la defensa recargada. Un caso de seguridad global
Un avión de transporte Y-8 desaparece sobre el estrecho de Taiwán, lo cual genera la excusa perfecta a la Armada de China para bloquear las aguas en torno a la isla con tal de conducir una misión de búsqueda y rescate. Diez días después, la guerra. Beijing lanza ciberataques que paralizan el sistema
financiero, internet y la red eléctrica. Presos súbitamente liberados de las cárceles taiwanesas por
funcionarios corruptos se convierten en milicianos partidarios de la unificación. Líderes de los poderes
del Estado se transforman en objetivos de alto valor. Mientras cientos de miles deciden huir ante los inminentes choques armados, otros tantos son reclutados o se presentan voluntariamente para integrarse a la defensa de su hogar.
Este es el escenario de pesadilla que describe el tráiler de 17 minutos de “Zero Day” (“Día Cero”)1, una serie de televisión de 10 capítulos que se estrenará el próximo año en Taiwán y que ha sido alabada por su realismo, pero también criticada por crear alarma en la población2. Sus creadores han dicho que justamente se trata de mostrarle a la audiencia de que la posibilidad de una guerra es real, a pesar de que en el día a día en Taipéi se observa el frenético ir y venir de millones de personas concentradas en sus trabajos, disfrutando comidas al paso o comprando ropa de última moda. Como toda capital del este de Asia.
Si existe un lugar donde el Partido Comunista de China podría emplear todo el poder militar acumulado durante décadas es en Taiwán. Esto, con el fin de absorber de una vez por todas la “provincia renegada” y cumplir así con la unificación total del país, una de las prioridades que se autoimpuso el presidente Xi Jinping, cuyo gobierno no tiene límites de tiempo ni menos políticos internos para la toma de decisiones.
No obstante, las autoridades taiwanesas lo saben, lo debaten públicamente y se preparan por lo mismo.
Un cambio diametralmente opuesto respecto del ambiente que se respiraba hace 15 años, cuando los discursos oficiales resaltaban el intercambio comercial y el flujo de turistas entre ambas orillas del estrecho.
Se afirma que el primer paso para intentar resolver un problema es admitirlo. Y eso es lo que está haciendo Taiwán, al dar cuenta al mundo, ya sin timidez, sobre el bullying constante que sufre de un adversario mayor, que incluye tanto ejercicios militares constantes en los límites marítimos y aéreos, como oscuras campañas mediáticas para dividir a la población local. Pero esto no se queda en la denuncia. Hoy la isla quiere explicarle también al mundo por qué gran parte de la seguridad global depende de su propia seguridad: sus casi 24 millones de habitantes producen el 67% de los semiconductores que contiene casi cualquier producto electrónico y su ubicación como eje de tres estrechos es clave para las rutas marítimas que conectan los mercados globales con el este de Asia.
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Director ejecutivo AthenaLab
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