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Implicancias de la iniciativa AUKUS

23 de septiembre de 2021
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Implicancias de la iniciativa AUKUS
Image: AFP

A mediados de septiembre, Estados Unidos, el Reino Unido y Australia anunciaron un ambicioso pacto de seguridad para compartir tecnología avanzada de defensa, en lo que se ha interpretado como un intento de contrarrestar los avances de China. Este pacto estratégico fue bautizado como AUKUS (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) y tiene como propósito defender los intereses compartidos por estas potencias en el área de Indo-Pacífico.

El anuncio ha generado una serie de respuestas y repercusiones a nivel internacional. Para Francia representa un “golpe bajo” por parte de Australia, al incumplir un millonario contrato con la empresa Naval Group, para la adquisición de 12 submarinos convencionales a dicho país, lo cual ha sido criticado por la Unión Europea; para otros, es el símbolo de un nuevo orden mundial cuyo foco recae sobre la región Indo-pacífica.

Si bien, el gobierno chino no ha criticado enérgicamente el AUKUS, sí afirmó que este pacto promueve la proliferación nuclear y el regreso a las políticas de la Guerra Fría. Además, varios países de la región, entre ellos Malasia e Indonesia, han mostrado su preocupación ante el nuevo pacto. Por su parte Nueva Zelanda acogió el acuerdo con agrado, pero indicó que los submarinos de propulsión nuclear australianos no serán permitidos en sus aguas territoriales, lo que es consistente con su actuar histórico.

Implicancias geopolíticas

La iniciativa AUKUS, más allá de un acuerdo comercial, donde Australia se beneficiará por primera vez de tecnología nuclear para sus submarinos y el desarrollo de su defensa militar, supone un giro geoestratégico mundial, que tiene como objetivo hacer frente los desafíos presentes y futuros en esa región, donde China muestra una cada vez mayor influencia.

Hay que tener presente que Francia tiene fuertes intereses en la región debido a sus territorios de ultramar, donde viven un millón y medio de franceses y hay más de 8.000 militares desplegados. Para el país galo, esta área se ha convertido en un importante eje geopolítico, una clara muestra de que el centro de gravedad de la economía mundial se ha trasladado del Atlántico al Pacífico. Debido a esto, París considera que es fundamental para el desarrollo de la región mantener un diálogo político constructivo y profundizar las relaciones económicas y comerciales con China, situación que incomoda a EEUU, que ve en el expansionismo chino una gran amenaza.

En efecto, después de la abrupta salida de EE.UU. de Afganistán y la pérdida de liderazgo en el Medio Oriente, Washington orienta sus intereses a una de las regiones de más rápido crecimiento y que reúne algunas de las mayores economías mundiales (China, Japón e India, país cuyo desarrollo económico crece sin cesar desde hace años). No solo eso, China, India e Indonesia engloban más del 50% de la población mundial, por lo que, a largo plazo, el interés regional del Pacífico asiático será cada vez mayor y anticipar un posicionamiento es imprescindible para Estados Unidos, objeto mantener su liderazgo mundial, en un momento en el que su política exterior está en retroceso.

De esta manera y aprovechando la estratégica posición geográfica de Australia, EE.UU. ve en ese país la posibilidad de ampliar su influencia militar en la región, expandir así sus operaciones y poder actuar ante una intervención china en Taiwán o en el mar de China Meridional, cuyas aguas son reclamadas casi en su totalidad por Beijing, siendo una de las mayores amenazas en dicha región, donde circula el 30% del comercio mundial, rica además en yacimientos de petróleo y gas.

China se está convirtiendo en un competidor estratégico muy poderoso. Beijing ha incrementado el gasto militar, algo que preocupa a sus vecinos y que los está llevando a mejorar su defensa. Para Australia, la posesión de submarinos con propulsión nuclear servirá para crear un efecto disuasivo en Beijing y fortalecerá su defensa en la conflictiva región del mar de China Meridional. No olvidemos que tanto Estados Unidos como Australia han expresado su preocupación por las reivindicaciones marítimas “sin base legal” y la militarización de la zona por parte de China, por lo que el acuerdo sería fruto de estas preocupaciones.

Efecto en las operaciones navales

En muy probable que los submarinos australianos se asemejen mucho a las últimas versiones de los arsenales estadounidenses y británicos, quienes poseen dos tipos de submarinos nucleares, los balísticos y los de ataque. Ambos funcionan con reactores nucleares, que convierten el agua en vapor a alta presión que hace girar turbinas para propulsar los submarinos.

Pero los submarinos de ataque y los submarinos de misiles balísticos tienen propósitos muy diferentes. En este sentido, la intención manifestada por Australia es contar con submarinos nucleares de ataque, los pilares básicos de las flotas submarinas de EE.UU. y el Reino Unido, en lugar de submarinos armados con misiles balísticos y ojivas nucleares.

Los submarinos de ataque están diseñados para buscar y destruir submarinos enemigos y buques de superficie; proyectar el poder militar en tierra con misiles de crucero Tomahawk y Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF); llevar a cabo misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR); apoyar operaciones de grupos de batalla, y participar en la guerra de minas.

EE.UU. tiene tres clases de submarinos de ataque en su flota de 53. Los más nuevos (16) son los clase Virginia. Armados con docenas de torpedos y misiles de crucero Tomahawk con un alcance de más de 1.600 kms, estos submarinos de 115 metros y 8.000 toneladas pueden navegar a más de 46 nudos y permanecer sumergidos indefinidamente; su tiempo bajo el agua está limitado solo por la necesidad de reabastecer víveres para su tripulación de 132 personas. Por su parte, el Reino Unido cuenta con submarinos de ataque clase Astute y Trafalgar, los que en líneas generales cumplen los mismos roles y poseen capacidades similares a las de sus equivalentes estadounidenses.

Ese es el tipo de potencia de fuego y capacidades que Australia busca para proteger sus aguas del norte de cualquier amenaza naval y proyectar su poder naval en el Mar Meridional de China, donde junto con Estados Unidos, busca mitigar la influencia del gigante asiático y proteger la libertad de navegación.

De esta forma, el incorporar submarinos nucleares a su inventario, en reemplazo de los modelos convencionales de propulsión diésel eléctrica, le permitirá a la Real Marina Australiana poder ampliar las capacidades de empleo de sus medios submarinos en mares densamente poblados de tráfico marítimo y con vigilancia aeromarítima muy intensa, explotando la posibilidad de desplegarse y redesplegarse de manera invisible; con gran rapidez, cubriendo largas distancias sin agotar su combustible y con la posibilidad de efectuar ataques con armamento muy letal.

El acuerdo tripartito anunciado solo prevé un estudio de 18 meses para ver cómo construir los submarinos de propulsión nuclear para Australia. Oficialmente el gobierno australiano ha declarado que los nuevos submarinos estarían en su flota para el 2040, aunque con la situación de seguridad en el Indo-Pacífico, Australia puede esperar que sus submarinos estén en el agua antes.

Ivo Brito Sánchez
Contralmirante en retiro de la Armada de Chile
Colaboración para AthenaLab

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