Lo esperable era que Chile se esmerara en el regreso a la predictibilidad, para que la búsqueda de inversionistas en esos trabajados ChileDays rindiera fruto. Pero este 2024 el evento no fue para nada de normalidad. ¿Sabrán el Presidente y su gabinete que el marco regulador de la relación Estado-inversionista incluye también los tratados ratificados por Chile? ¿Hay alguien en el Gobierno velando para que las medidas propuestas no violen dichos acuerdos? Es la colaboración con el sector privado, y no la riña, lo que mejor previene desastres, y lo que trae la inversión y el desarrollo económico y humano que Chile necesita.