Tenemos una crisis de seguridad que muy bien podría implicar duplicar el presupuesto de las policías y de todas aquellas reparticiones públicas que son parte de ese proceso, pero ello se vuelve imposible sin una profunda reingeniería del Estado.
Tenemos una crisis de seguridad que muy bien podría implicar duplicar el presupuesto de las policías y de todas aquellas reparticiones públicas que son parte de ese proceso, pero ello se vuelve imposible sin una profunda reingeniería del Estado.
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