Situaciones internas y externas han golpeado el quehacer de Carabineros de Chile y minado su reputación. Sin embargo, hoy, vemos recuperar ese prestigio.
¿Qué es ser Carabinero? Una pregunta difícil de responder. Chilenos, comunes y corrientes, como todos nosotros, que deciden proteger con su vida la de los demás. ¿Qué hay detrás de esa decisión sino puro amor por la patria? En algunos momentos del pasado reciente ese amor se vio mermado, pero esta semana lo vimos renacer con fuerza. Más de 12 mil postulantes a oficiales y suboficiales se presentaron para engrosar las filas de esa institución que en algún momento quienes hoy nos gobiernan buscaron refundar.
Ya en noviembre del 2021 planteaba en este mismo medio la necesidad de modernizar, fortaleciendo el sello de Carabineros de Chile. Más de dos años después, ese sello parece más vivo que nunca.
La institución que este 27 de abril cumple 97 años ha pasado por altos y bajos. Situaciones internas y externas han golpeado su quehacer y minado su reputación. Sin embargo, hoy, vemos recuperar ese prestigio. Recuperación que se da en un contexto especial y que no necesariamente asegura su mantención en el tiempo.
La crisis de seguridad ha tenido un impacto directo en la vida de los chilenos, quienes buscan desesperadamente una solución. Miraron al gobierno, al Presidente, a ese líder que debiese entregar tranquilidad pues las cosas se están haciendo bien. No la encontraron allí. Sus diferencias internas generaron más dudas. Pero, mientras eso pasaba, otros chilenos, iguales a nosotros, salían a diario a las calles para poner orden y enfrentar el crimen. Defendieron con su vida a sus compatriotas y las bajas de sus compañeros no los detuvieron. Los chilenos pidieron su protección y obligaron al oficialismo a aprobar la ley Naín-Retamal.
Carabineros de Chile aparecía como la institución que, más allá de las diferencias políticas, estaba dispuesta a cumplir con su deber. El lema de “un amigo en tu camino” se hizo cada vez más fuerte y los mismos que durante el estallido social eran insultados, hoy son aplaudidos.
Una golondrina no hace verano, dicen, por lo que no hay que confiarse. El desafío está en mantener esa alza en el tiempo.
¿Qué es ser carabinero? Nos preguntamos nuevamente. Amor por la patria, sin duda, pero acompañada de una real vocación de servicio. Muchas veces la retribución es intangible, pero se siente, y se siente con cada saludo en las calles, con un gracias después de acudir a un llamado o con el abrazo de un niño que recuperó su seguridad después de ver a ese carabinero. En las catástrofes, tan comunes nuestro país, al atender a una víctima, y, en cada rincón de Chile donde muchas veces la única presencia del Estado es una comisaría alejada del mundanal ruido.
Según el juramento de servicio, un Carabinero jura “por Dios y por esta bandera, servir fielmente los deberes de [su] profesión, velar por el cumplimiento de las leyes de la República, guardar y defender la vida de todos sus habitantes, rindiendo la [suya], si fuese necesario”. Si eso no es patriotismo y pura vocación de servicio, entonces ¿qué es? ¡Qué esos 12 mil sean muchos más!
Pilar Lizana
Investigadora senior AthenaLab
Fuente: El Líbero
