En esta época en que algunas pocas personas han podido fallar como jefes de las más diversas organizaciones, hay un viejo principio que dice que el ejemplo es autoridad moral en el ejercicio del mando. Recomiendo su práctica a todos aquellos que a futuro no quieran correr la misma suerte y que antes de hacer algo que después pueda ser considerado reñido con las leyes, reglamentos, la ética y las buenas costumbres, recuerden que el buen y correcto actuar aseguran el respeto y cariño de sus familias, amigos, camaradas y subordinados.