En su conferencia “Potencias Regionales extracontinentales y su accionar en Latinoamérica”, el director del centro de estudios “Secure and Free Society” de Estados Unidos, Joseph Humire, afirmó el viernes que en Venezuela se constituyó un “estado paralelo revolucionario”, que se apropió de las instituciones legales y las actividades criminales al mismo tiempo.
Este proceso lo inició Hugo Chávez y lo continúo Nicolás Maduro, quien ha contado con el apoyo de países como China, Irán, Rusia y Turquía.
A su juicio, estos actores extrarregionales verían en Venezuela una oportunidad de crecimiento y desafío geopolítico frente a Estados Unidos, ya que les permite compensar así su desventaja geográfica en términos de lejanía con el Hemisferio Occidental.
El propósito de estas naciones sería lograr cierto dominio selectivo sobre algunos sectores específicos de Venezuela, como el petróleo, ya que operan más como una red que como estados soberanos que respetan fronteras y asuntos internos.
Humire explicó que hoy el país caribeño está dividido en ocho regiones militares cada una ligada a una actividad criminal, ya sea narcotráfico, minería ilegal, piratería o tráfico de personas. Por eso, es tan difícil pensar en una transición política.
“Venezuela es un hub global del crimen organizado y el terrorismo”, sentenció. Mencionó el caso de guerrilleros colombianos que juran lealtad al régimen de Maduro, que su vez tiene asesoría cubana y apoyo del régimen iraní.
Todo esto explica la preocupación, presión y atención que está poniendo la Casa Blanca sobre el régimen de Maduro.
